La semana pasada se estrenó en los cines españoles la película Los domingos, de Alauda Ruiz de Azúa, que se llevó la Concha de Oro en la edición número de 73 en el Festival de San Sebastián.
Igualmente se ha llevado el premio de la sección Zinemira, el Signis del jurado eclesiástico, el Fipresci, de la crítica internacional, y el Feroz. Sin duda, todo un triunfo para esta película en la que la directora de Cinco lobitos nos acerca al conflicto que surge en una familia de clase media-alta cuando la hija de 17 años comienza a jugar con la idea de enclaustrarse y ser monja.

En este contexto, el periodista Juan Pando ha querido recordar en X (antes conocido, y siempre recordado, como Twitter) ha querido recordar una historia similar, la de la actriz Dolores Hart, que se hizo religiosa con solo 24 años y que actualmente vota en los Oscar, lo que la convierte en la única numeraria académica en Hollywood. ¿Pero que hay detrás de la historia de la intérprete que pasó a la historia por ser la primera que besó a Elvis Presley?
Dolores Hart, 1ª actriz que besó a Elvis Presley (en 'El barrio contra mí), sintió la llamada, como en #LosDomingos. Se hizo religiosa con 24 años. Hoy es la única monja en la Academia de Hollywood y vota en los Oscar. Su historia en: 'God is the Bigger Elvis'. @buenapintamedia pic.twitter.com/X6NaDQH56K
— Juan Pando (@Juan_Pando_) October 29, 2025
Dolores Hart, la primera mujer que besó al rey del rock en la gran pantalla
La historia de la madre Dolores Hart, que dejó Hollywood para convertirse en monja católica, parece de película; de hecho, en 2012 participó el documental God is the Bigger Elvis (en español, "Dios es más grande que Elvis") dirigido por Rebecca Cammisa. De acuerdo con Alfa&Omega, Hart tuvo una infancia dificil ya que sus padres la tuvieron cuando apenas habían cumplido 18 años; esto, unido a que la relación de sus progenitores era turbulenta, hizo que fuera criada mayormente por sus abuelos.
No nació en el seno de una familia religiosa y, de hecho, su conversión al catolicismo fue por elección. Y es que de niña su abuela la inscribió en un colegio religioso, en lugar de ir a la escuela pública, porque el camino para llega era más seguro, ya que no necesitaba cruzar las vías del tren. En ese centro, como no veía de una familia católica, no le dieron la comunión, algo que le molestaba porque después de la eucaristía les regalaban chocolates y dónuts.
En consecuencia, como quería tomar lo mismo que a ellos, le preguntó a la monja que qué podía hacer para que se lo dieran, a lo que la hermana le respondió preguntándola si quería ser católica. “Así es como me ‘engancharon’, con leche con chocolate y dónuts”, bromeó en una entrevista años más tarde.
Su llegada a Hollywood fue con solo 19 años gracias a que tras la participación en una producción escolar consiguió que un amigo, que tenía contacto con la Paramount, solicitara una audición para ella. Y su llegada a la ciudad de las estrellas fue por todo lo alto ya que su primera película fue nada más y nada menos que Loving You, un largometraje en el que compartía cartel con Elvis Presley y en el que aparecía besándose por primera vez en la gran pantalla, lo que la convirtió en uno de los éxitos de taquilla del año de su estreno, 1957.
De la cima al convento: Dolores Hart, una monja en Hollywood
Esto fue el inicio de una meteórica carrera en la que participó en 10 películas en solo 7 años y de la mano de grandes estrellas como Montgomery Clif, Robert Wagner, George Hamilton o Stephen Boyd. Sin embargo, en 1963 sorprendió al mundo y dejó todo para ngresar en la abadía benedictina de Regina Laudis, en Bethelehem. Por supuesto, no fue una decisión poco meditada sino que vino después de un tiempo de reflexión.
De hecho, conoció a las monjas benedictinas unos años antes, en los 50, a través de una amiga que le recomendó que fuera a conocerlas para tomarse un descanso después de muchos meses de estar trabajando sin parar. “¿Monjas? No quiero ir a ningún sitio donde haya monjas”, le dijo a su allegada, aunque finalmente acabó convencida y decidió darle una oportunidad y acabó encantada. "Me marché con una sensación de paz, una sensación de renovación interior y supe que volvería".
Lo curioso es que cuando tomó la decisión final estaba a pocas semanas de casarse con Don Robinson, un arquitecto con el que estuvo un tiempo saliendo. Además, recuerda que su jefe se enfadó mucho cuando le contó que lo dejaba toco porque le habían ofrecido una renovación de su contrato e incluso llegó a replicarla diciendo que creía que se había tragado "una cuchilla de afeitar", según relató a a Belifnet.com en 2013. Pero nada ni nadie pudo convencerla de su decisión y de hecho lleva enclaustrada desde entonces y solo ha salido pocas veces: una de ellas, en 2012, por la nominación en el mencionado documental.