El Teatro Español recuerda, con una obra con toques de cabaret, al autor del Laberinto Mágico,un verso suelto de la Generación del 27 que, tras pasar por campos de concentración franceses, conoció el éxito literario en México.


Si algo tenía claro Juan Carlos de la Fuente al convertirse en director del Teatro Español de Madrid hace casi un año, era su intención de reivindicar a dos figuras visionarias del teatro del siglo XX en nuestro país, Max Aub y Fernando Arrabal, que han influido decisivamente en los rasgos que ha tenido nuestra escena en los años recientes, pero que probablemente no se hayan reconocido lo suficiente. Así, ha rebautizado dos de las salas de las Naves del Español de Matadero como Sala Max Aub y Sala Fernando Arrabal, y las ha inaugurado con sendas obras dedicadas a los maestros que les dan nombre.


La singular y sorprendente pieza Tengo tantas personalidades que cuando digo te quiero no sé si es verdad, estrena la primera de estas salas, y se ha construido con el latir literario de Max Aub, a base de retales de los textos de este verso suelto de la Generación del 27 y exponente principal del Teatro Deshumanizado. A la dirección se encuentra el actor y escenógrafo Jesús Cracio, nacido artísticamente con la Movida Madrileña, y que tantos montajes ha levantado en torno a los autores malditos. No han sido pocas las veces que directores de altos vuelos, como Ernesto Caballero, han encargado a Cracio la dramaturgia de sus obras. Y es precisamente ese elemento, la dramaturgia, rompedora e hipnótica, uno de los puntos más favorables de Tengo tantas personalidades…


Se trata de un delicioso caleidoscopio teatral, con música en directo y toques cabareteros, compuesto de extractos de obras de Max Aub, que refleja su extenso y ecléctico corpus literario, un verdadero laberinto mágico. Una obra con sabor melancólico y metaliteraria, donde Aub es un personaje más que, a lo Fellini, observa y comenta la obra que ha creado y recuerda los pasajes de su biografía, compleja y paradójica, que tanto inspiraron sus escritos. El autor sufrió algunos de los males más trágicos del siglo XX europeo: valenciano, de origen judío, cosmopolita y dotado de una enorme imaginación y apetito creador, conoció el éxito internacional como autor en México, adonde fue a parar tras pasar por varios campos de concentración franceses, a raíz de su exilio de la España en guerra civil, acusado de comunista pese a haberse declarado siempre un liberal.


Así, Tengo tantas personalidades…, una obra de estructura y desarrollo escénico muy coreográficos, y que cuenta con un estupendo reparto en el que brillan, sobre todo, Juan Calot –como Max Aub-, Marta Berenguer y Carmen del Valle, destaca esa conciencia sociopolítica de las creaciones de Max Aub, la proyección social de sus textos. Resume las preocupaciones que nutren su literatura, que son testimonio de nuestro pasado inmediato, como el ascenso de los totalitarismos, la necesidad de preservar la memoria histórica, la preocupación por la incomunicación y el aislamiento del hombre europeo de la primera mitad del siglo XX, y la convicción de que la salvación humana no procede de los sistemas, sino de individuos concretos. Sin olvidar al Max Aub más juguetón, el que escribía puros divertimentos, ni al más artístico, que consagró tantas y tantas líneas a estudiar el arte y la ficción.


Una pieza que se sirve de las armas literarias que manejó el propio autor al que se dedica: la estética cinematográfica y la estructura narrativa abierta, libre y por momentos delirante que envolvía sus textos, siempre conceptuales, ricos en metáforas y juegos de palabras, aforísticos, abarrocados y que alternan notas trágicas y notas satíricas, y donde cada palabra es una invitación a la acción. Un delicioso y memorable caramelo escénico para no olvidar a uno de los mayores autores que ha dado nuestra lengua. Voz del exilio, melancólica y divertida a la vez, capaz de cultivar la narrativa, el teatro y la poesía, firma de textos inconmensurables como El laberinto mágico –que, para Muñoz Molina, acaso sean los Episodios Nacionales del siglo XX- o Jusep Torres Campalans, un sugerente juego de ficción y realidad.


Tengo tantas personalidades que cuando digo te quiero no sé si es verdad. Teatro Español. www.teatroespanol.es