Dejar la casa limpia es una labor que puede resultar tediosa si se realiza de cualquier manera. Sin embargo, existen ciertas claves para convertir este proceso en algo rápido, satisfactorio y eficiente, que nos permita hacer todas las tareas en tiempo récord y de manera adecuada. Establecer unas pautas de trabajo, evitar las distracciones y poner esfuerzo y atención en la propia limpieza son algunas de ellas. A continuación, te enseñamos cómo debes prepararte para limpiar tu casa, conseguir un buen resultado y ganar el máximo tiempo posible.

Establecer unos pasos de limpieza y optimizar el tiempo

Si vamos limpiando aquí y allá sin un orden determinado y sin prestar atención a lo que hacemos, nos distraeremos con mayor facilidad y perderemos más tiempo en el proceso de limpieza. Por ello, es conveniente organizar y dividir el trabajo por partes, que pueden consistir, por ejemplo, en las estancias de la casa: el dormitorio, el baño, la cocina y el salón.

A su vez, es aconsejable poner en marcha los electrodomésticos de limpieza antes de empezar, para que funcionen mientras limpiamos, como, por ejemplo, la lavadora o el lavavajillas.

El dormitorio

El dormitorio es la estancia de la casa más importante, ya que es, por lo general, el lugar donde se descansa y duerme. Para limpiarlo eficientemente, se debe empezar por ventilar la habitación y pasar el polvo desde las partes más altas hasta el suelo, evitando así tener que hacer varias pasadas. El cabecero, las lámparas y las mesillas de noche es lo primero que debe limpiarse: el polvo que no se atrape con los paños acabará en el suelo y bastará con pasar el aspirador o barrer por este y las alfombras. A continuación, para acabar con esta estancia, se hace la cama.

El baño

De acuerdo con las palabras de José Moreno, arquitecto y diseñador de interiores: “Si se mantienen las superficies vacías y el lavabo y la ducha limpios a diario, será mucho más fácil limpiar esta estancia”. Para prevenir que se acumule la suciedad en el lavabo, basta con enjuagarlo cada vez que se utilice, igual que con la ducha. Para optimizar el tiempo, se utilizará un producto especializado para el inodoro, el lavabo y la ducha, y mientras hace su efecto una vez aplicado, se limpia el espejo. Por último, se debe barrer o pasar el aspirador y dar una pasada al suelo con la fregona.

La cocina

Como ya hemos indicado anteriormente, poner los electrodomésticos antes de comenzar es muy recomendable para ganar tiempo y espacio, ya que estarán funcionando mientras limpiamos y se conseguirá despejar la cocina de cacharros que no estorbarán en el proceso. Lo primero que se debe limpiar en esta estancia es el fuego o la vitrocerámica, ya que es la parte que más suciedad suele acumular, seguida de la encimera y la pila. Si se considera necesario, se puede dar un repaso al horno y al microondas. Para terminar, se barre o aspira el suelo y se friega, a ser posible, con algún producto especializado para el tipo de suelo que tengamos.

El salón

En esta estancia se sigue una dinámica muy parecida a la del dormitorio: se comienza desde las partes más altas para hacer caer la suciedad hacia abajo. A continuación, se limpian los objetos a conciencia y se hace lo propio con los cristales (televisión, espejos, ventanas…), y se termina aspirando o barriendo y fregando el suelo. Si se desea o se considera necesario, se puede limpiar exhaustivamente el sofá, lavando o cambiando sus fundas, cojines, mantas o los elementos con los que cuente.

De esta forma, manteniendo la concentración, siguiendo un orden y tratando de ser eficiente es posible limpiar adecuadamente en tiempos milagrosos.