A pesar de que ir a hacer la compra al supermercado puede resultar una actividad de lo más cotidiana, conocer las ofertas y los trucos para ahorrar a diario o semanalmente puede suponer un respiro en la economía de los consumidores. 

Para realizar la compra, independientemente de con qué frecuencia se haga, siempre se debe tener en mente lo que se necesita o lo que puede ser un capricho momentáneo, por lo que hay que ser cautos para no abusar del presupuesto del que se dispone. 

Consejos a la hora de hacer la compra en el supermercado

Mercadona, Lidl, Carrefour o Día. Sin importar la franquicia de supermercados a la que se acuda a hacer la compra, cada una de ellas tiene sus ofertas y productos estrella. Sin embargo, desde ElPlural.com, te daremos unas pautas y trucos para ahorrar siempre en la lista de tu compra. 

1. Planifica la compra y las comidas

Esto quiere decir que pienses de forma anticipada en las compras y las comidas. Por ejemplo, es bueno hacer un planning semanal antes de ir al supermercado. Apuntarse los productos primordiales también es clave para no olvidarse nada por el camino. Para que esta lista resulte de lo más útil posible, se recomienda apuntar los alimentos más necesarios y urgentes al principio de la misma, dejando para el final los que no se requieran para última hora, bien porque se puedan utilizar los alimentos que quedan en casa o bien porque son “caprichos”. 

Otro truco acorde a esto se basa en cocinar recetas sencillas. Esto no implica ni mucho menos dejar de comer cosas que te gusten, puedes hacer comidas riquísimas con no más de cinco ingredientes o repetir ingredientes en algunas comidas.

2. No vayas con hambre

Punto básico y primordial. Para comprar en el supermercado es fundamental no ir con un arrebato de hambre para no caer en “tentaciones”, sean dulces o saladas, si se quiere mantener la línea, pero sobre todo, para ahorrar. 

Para ello, se debe actuar con sensatez, saber cuáles son los productos que más podremos utilizar en más de una ocasión, planear las comidas semanales o no desperdiciar el dinero en alimentos que sepamos que puedan caducar pronto o que no consumiremos al completo.

3. No comas carne, al menos durante un día

El consumo responsable de carne es importante para el medio ambiente, pero también para nuestro bolsillo. Para alguien que come carne, lo recomendable es hacerlo dos o tres veces por semana. Por eso, este consejo se dirige principalmente a aquellas personas que ‘no pueden vivir sin carne’. Reducir el consumo, aunque sea en un día, puede ayudarles a empezar a ahorrar y a consumir menos productos cárnicos.

4. Paga en efectivo

Parece un tópico, pero la tarjeta puede ser peligrosa, para cualquier tipo de compra. Por ello, lo mejor que puedes hacer es planear antes de salir de casa lo que quieres comprar y cuánto dinero vas a necesitar. De esta manera, una vez que se te acabe el presupuesto no podrás gastar más.

5. Trampas psicológicas

Los supermercados colocan estratégicamente los productos en las estanterías para mandar un mensaje concreto a los consumidores. Aquellos alimentos que se encuentran a la altura media de los ojos de los compradores suelen ser los más caros de la sección, mientras que las marcas más baratas se sitúan por debajo o en zonas donde suelen pasar desapercibidas.

Las trampas psicológicas para confundir a los consumidores en los supermercados son más habituales de lo que parecen. Muchos productos importantes están ubicados en la parte derecha de los pasillos, ya que la mayoría de la población es diestra y tiende a utilizar esta mano. Además, la ubicación de los alimentos en función de los colores del fondo también sirve para orientar a los compradores: las frutas y verduras en verde, la carne en rojo o rosa y el pescado en azul y blanco.

6. Fijarse en los alimentos por temporada

Las frutas y verduras de temporada suelen ser el principal atractivo de los supermercados durante las distintas estaciones del año. Por esta razón, los consumidores deben tener en cuenta el precio por kilogramo de los alimentos para comprobar si el precio final de los supermercados merece la pena.

7. No vayas siempre al mismo sitio

Todos tenemos un supermercado predilecto, pero no debemos cerrarnos en él. Lo ideal es ir cambiando de cadena y ver cuál nos conviene más. Ni siquiera tenemos que comprar todo en el mismo supermercado, podemos comprar cada producto en uno, en función de la calidad y precio que tenga cada producto en cada sitio. Además, hay que tener en cuenta que hay determinadas marcas blancas que se han convertido en punteras de su sector o que, simplemente, nos pueden gustar más. Por eso, siempre es un acierto ir a uno u otro lugar, dependiendo de lo que queramos comprar.

8. Coge una cesta pequeña

Puede sonar absurdo, pero con esto sucede algo parecido a lo que pasa con la tarjeta de crédito y el pago en efectivo: puede ayudarnos a no comprar cosas innecesarias, en este caso, por una cuestión de espacio.

9. Lleva la cuenta de la compra

Llevar la cuenta de lo que llevas comprado también puede ayudarte a ahorrar. Esto te puede permitir, incluso, darte algún capricho. Por ejemplo, si llevamos gastado menos de lo que habíamos pensado podemos darnos el placer de comprar un chocolate, o cualquier otro producto, un poco más caro. Hoy en día es muy fácil llevar la cuenta gracias a las calculadoras y los móviles; pero si no siempre puedes redondear los productos y hacerla de cabeza.

10. Presupuesto semanal

Aunque este sea el último consejo, no significa que sea el menos importante. Fijarse un presupuesto semanal para hacer la compra del supermercado es fundamental y, como ya hemos señalado, nunca debe sobrepasar los ingresos que el consumidor tiene. Por otro lado, si surge un evento especial o imprevisto, este gasto extra debe tenerse en cuenta al realizar compras posteriores. 

Teniendo en cuenta todos estos trucos y consejos, realizar la compra en el supermercado puede resultar una odisea, pero más allá de las posibles complicaciones, adaptarse a comprobar las ofertas, controlar los gastos y saber siempre qué es necesario y qué no, generará un cambio económico notable en los bolsillos de los consumidores.