El cambio climático, consecuencia de las malas prácticas del ser humano en el planeta Tierra, agrava cada día la pérdida de la biodiversidad. Un hecho que provoca, a su vez, que se acelere el calentamiento global: los océanos y los bosques son determinantes en la absorción de emisiones de carbono, si estos ecosistemas se ven afectados, es inevitable que la temperatura global aumente.

Son necesarias para paliar esta situación reformas en las políticas sobre sostenibilidad y ecología, de manera que la humanidad pueda vivir en armonía con la naturaleza. El equilibrio es la clave.

El agua es el recurso indispensable para que exista la vida en cualquiera de sus formas. Sin embargo, las sequías e inundaciones disminuyen su calidad y empeoran su escasez. Se estima que en 2030 casi la mitad de la población mundial (un 47%) vivirá en áreas con estrés hídrico. España sería una de las zonas más afectadas.

Además, el crecimiento de la población conlleva que se requieran cada vez más recursos y alimentos. Para conseguirlos, es necesario utilizar grandes cantidades de agua en agricultura e industria. Se calcula que de aquí a treinta años, aproximadamente en 2050, la demanda de agua aumentará hasta un 30%.

Con el objetivo de cambiar de un modelo económico lineal a uno circular, que reduzca el consumo de materias primas y convierta los residuos en nuevos recursos, aparecen las biofactorías.

¿Qué son las biofactorías?

Se trata de plantas depuradoras de agua que regeneran este escaso recurso para ser reutilizado en el futuro en la agricultura, la industria o el riego. También valorizan todos los residuos generando, por ejemplo, biogás a partir de los lodos resultantes de la depuración.

Asimismo, son plantas que se autoabastecen transformando los residuos en recursos que generan energías renovables.

¿Cuáles son sus beneficios?

Aparte de fomentar la circularidad, las biofactorías se integran en el entorno natural minimizando el impacto en el suelo, potenciando los ecosistemas preexistentes y preservando la biodiversidad. Su objetivo es transformar la tradicional infraestructura gris en una reinventada y sostenible infraestructura verde.

A nivel social, el impacto de esta nueva forma de entender la gestión y tratamiento de residuos es muy positivo: a través del diálogo se colabora con las comunidades locales y se sensibiliza sobre medio ambiente.

Biofactorías en España

Nuestro país cuenta con varias de estas nuevas biofactorías, ya que la empresa Agbar está transformando sus plantas, siendo la biofactoría Sur de Granada un caso de éxito a escala global. Pues en ella se han conseguido, algunos meses al año, que se genere un 150% de energía. Alcanzando, no solo la autosuficiencia energética de las instalaciones, sino también la carga total de los vehículos eléctricos de la compañía.

Europa ha reconocido el modelo de la biofactoría Sur de Granada como una buena práctica que permite que prácticamente el 100% del agua depurada se reutilice en el riego de los cultivos y una gran parte de los lodos, grasas y arenas sirvan de abono en agricultura y jardinería.

La biofactoria Sur de Granada, referente de economía circular a escala internacional. Agbar
La biofactoria Sur de Granada, referente de economía circular a escala internacional. Agbar

“Cada gesto cuenta”

“Sólo hay un planeta Tierra. Cuidar su riqueza ambiental es una misión colectiva. Cada gesto cuenta” recuerdan desde Agbar. Un grupo con una trayectoria de más de 150 años de experiencia que plantea y ofrece nuevas soluciones para una gestión sostenible del agua, otros recursos naturales, la salud ambiental de las ciudades, la agricultura y la industria, siguiendo los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas y la Agenda 2030.

La empresa promueve la innovación, la digitalización y las alianzas para agilizar la transformación ecológica, preservar el medio ambiente, proteger el planeta y mejorar la calidad de vida de las personas.

En datos, Agbar ha conseguido valorizar el 71,2% de los residuos que generan en las plantas depuradoras y el 48,8% de los generados en las potabilizadoras. Por otra parte, todo el territorio de agua regenerada, 128,7 hm3 que equivalen a 42.900 piscinas olímpicas, es reutilizada. Un 53% de ella para el uso en la agricultura.

Otras soluciones basadas en la naturaleza

Además de las biofactorías, Agbar ha desarrollado y puesto en marcha otras soluciones basadas en la naturaleza:

  • El Delta del Ebro en Tarragona: en esta zona declarada reserva natural de fauna salvaje por la Generalitat, Agbar gestiona dos humedales de depuración: el de Illa de Mar y de L’Embut. Ambos limpian de forma natural, mediante el uso de la vegetación acuática y de los microorganismos, el agua utilizada en los cultivos de arroz.
Los Humedales del Delta del Ebro, declarados reserva natural de fauna salvaje. Agbar

Los Humedales del Delta del Ebro, declarados reserva natural de fauna salvaje. Agbar

  • El parque La Marjal en Alicante: esta zona de ocio inundable se ha creado para retener las aguas pluviales de manera que se mitiguen las recurrentes inundaciones en la ciudad durante la gota fría y otros periodos de lluvias torrenciales. Además de servir como refugio para la fauna y la flora de la región.
  • La depuradora de Cabezo Beaza en Cartagena: en estas instalaciones, además de limpiar el agua, se promueve la conservación de la biodiversidad con sus lagunas artificiales de almacenamiento de agua que son el refugio de más de 30 especies de aves acuáticas.