Si cuando el virus nos dé un suspiro quieres escaparte a algún lugar recóndito tropical, pero la distancia te atemoriza, debes saber que en nuestro continente se hallan islas espectaculares con este clima, donde las precipitaciones y la fauna verde exuberante acaparan todo el territorioA continuación, te mostramos tres islas fantásticas que se encuentran en Europa:

Azores, Portugal

Azores, Portugal.

Nueve islas increíbles suspendidas en medio de la inmensidad del océano Atlántico y a mitad de camino entre Europa y América. Están favorecidas por la Corriente del Golfo, lo que origina un clima cálido no habitual en esta parte del mundo.

Cascadas, lagos, acantilados y playas de arena negra son el lienzo de estas ínsulas volcánicas. En esta parte del mundo se pueden ver muy fácilmente delfines y ballenas. ​En total, se tienen registros de hasta 24 diferentes tipos de cetáceos.

Azores (Portugal), animal marino

Pero esto no lo es todo ya que las aguas termales calientes son uno de los reclamos más interesantes de las Azores. La playa do Fogo, en Ribeira Quente, o Ponta da Ferraria en la isla São Miguel son ideales para un baño bien relajante. Esta última tiene escaleras para bajar a las piscinas naturales o más bien termas, ya que el agua del Atlántico entra en calor inmediatamente al bañar las rocas de la isla. Imprescindible también visitar Caldeira Velha, pozas termales hasta a 36 ºC en plena naturaleza virgen selvática.

En el municipio Das Furna, se realiza uno de los platos más sabrosos, “el cozido”, similar al cocido de España, pero se prepara con el calor de la tierra en sus famosas caldeiras, agujeros en el suelo. Tras siete horas cocinándose bajo la tierra se reparte entre todos los restaurantes de la zona.

Azores (Portugal)

Este paraíso se encuentra a 1400 km al oeste de Lisboa y antes de hacer la maleta debes saber que en un mismo día puedes vivir las cuatro estaciones del año, aunque los meses más húmedos son de octubre a marzo.

Porquerolles, Francia

Porquerolles (Francia)

A 20 minutos en barco de la Costa Azul se encuentra la mayor de las islas de Hyères, Porquerolles, con paisajes de la provenza francesa más pura.

Esta ínsula tiene un pasado romántico. En 1912 un explorador belga adinerado, François Joseph Fournier, compró para su mujer la isla por un millón de francos. La isla es muy pequeña, tan solo tiene siete kilómetros de largo y dos kilómetros y medio de ancho, pero Fournier sacó el máximo provecho del terreno: plantó hectáreas de viñedos y árboles y construyó una espectacular masía hoy reconvertida en uno de los pocos hoteles de la isla.

En 1971 el gobierno de Francia compró el 80% de la isla y la convirtió en un parque nacional vinculada al de Port-Cros.

El color de sus aguas no tiene nada que envidiar al del Caribe, azul turqués con playas de arena blanca en el norte de la ínsula. Destaca La Courtade, la más grande y cercana al puerto y, la preferida por los turistas que buscan disfrutar de la autenticidad de la isla, Notre Dame, la considerada, posiblemente, como la más bella de Europa. La parte negativa de esta playa natural es que no es un secreto y todo aquel que pone un pie en la isla no deja la oportunidad de darse un chapuzón en esta maravilla, por lo que hay que estar a primera hora y más en temporada alta.

Porquerolles (Francia)

Además de disfrutar de un paisaje tropical también posee el encanto de ser una joya protegida del resto del planeta, por lo que no se puede utilizar vehículos ni acampar, Porquerolles es el paraíso más rústico que te puedas imaginar.

Esta maravilla de isla de apenas 200 habitantes tiene hasta su propia película, Pierrot le Fou, rodada en 1965.

Las islas Scilly, Reino Unido

Las islas Scilly

Un pequeño paraíso escondido en las tierras inglesas, pero que gracias a su ubicación más al sur del país pueden disfrutar de temperaturas elevadas.

Este archipiélago está rodeado por el mar Céltico y tiene la suerte de disfrutar de aguas transparentes y arenas blancas, al puro estilo caribeño, pero sin olvidarse de sus orígenes. En las islas se hallan también los típicos pubs ingleses y restaurantes con su gastronomía más popular.

En este archipiélago la Madre Naturaleza reina a su antojo por lo que los caminos están acondicionados solo para transportes a bicicleta, salvo en las islas más grandes como Saint Mary´s. Asimismo, muchos de los turistas escogen este destino vacacional para practicar esnórquel o windsurf y pasar unos días tranquilos con la familia. Una de las playas más tranquila y segura para los pequeños es Lawrence’s Bay, con dunas pequeñas y piscinas de rocas con marea baja.

Tresco Abbey Gardens

La isla más especial es Tresco porque tiene la mayor atracción turística de todo el archipiélago, el Tresco Abbey Gardens, un increíble jardín con más de 20.000 plantas de más de 80 países y que además se encuentra en un escenario mágico, un antiguo monasterio benedictino.