Con un precioso núcleo urbano construido en torno a un castillo del siglo X y ubicado en lo alto de una colina de la comarca de La Garrotxa, se alza a 150 metros de altitud el pueblo catalán de Besalú. Esta villa medieval de Girona fue un importante condado independiente que tuvo incluso su propia moneda, siendo un centro de poder de la parte interior de la región durante varios siglos. Además, en 1966, Besalú fue declarado Conjunto Histórico Artístico por su gran valor arquitectónico.
Orígenes prehistóricos y condado independiente
La historia de Besalú comienza con evidencias de asentamientos humanos desde el segundo milenio antes de Cristo descubiertas en el yacimiento de Can Barraca, destacando también estructuras de la Edad del Hierro encontradas en la zona arqueológica de la Devesa. Durante la época ibérica, Besalú emerge como un núcleo importante, un hecho que confirman hallazgos que datan entre el 350 y el 250 antes de Cristo. Posteriormente, en la época romana, el pueblo se convirtió en un dinámico centro urbano gracias a su proximidad a la Vía Annia, una importante calzada romana consular.
En la Edad Media, tras la reorganización territorial que llevó a cabo Wifredo el Velloso en el siglo IX, Besalú se convirtió en un condado independiente separado de Girona y fue uno de los condados catalanes más relevantes alrededor del año 1000. Se tiene constancia del mercado de la Villa de Besalú desde 1027, que atrajo a numerosos comerciantes y artesanos, fomentando una economía próspera. En el siglo XIV el condado era el primer centro comercial de la Garrotxa.
Los condes independientes de Besalú, siendo Miró I el joven el primero en 920, jugaron un papel crucial en la expansión y consolidación del lugar. Besalú también se destacó por su estructura arquitectónica y urbanística medieval, con edificios significativos como el puente, el micvé o Casa de Baños Rituales, y varios edificios religiosos como el Monasterio de Sant Pere que aún se conservan y reflejan su extenso pasado histórico.
¿Qué ver en Besalú?
Comenzaremos nuestro recorrido cruzando el majestuoso puente de piedra que atraviesa el río Fluvià. Este puente románico, construido entre los siglos XII y XIV, nos da la bienvenida a la fortificación de la villa condal. Caminando por las calles empedradas del casco antiguo, nos sumergimos en la atmósfera medieval de Besalú.

Famoso puente de piedra de Besalú que atraviesa el río Fluvià.
Recomendamos detener nuestra ruta en la calle del Maestro Abraham des Catllar, donde se pueden observar unas sillas de hierro clavadas en las escaleras y fachadas de los edificios que se hicieron en un encuentro internacional de jóvenes artistas en el año 1994, quedando estas curiosas obras de arte completamente integradas en el entramado del pueblo.
Acto seguido, continuando nuestro recorrido visitando el Portal de Rocafort, la antigua entrada a Besalú y punto de partida de la muralla que rodeaba la ciudad en el siglo XI. Desde aquí, subimos al baluarte de la muralla, el Mirador de Besalú, donde se pueden contemplar las vistas panorámicas de las tierras que alguna vez fueron parte del condado medieval.
Nos adentramos entonces en la Judería, el antiguo barrio judío donde se conserva la Placeta de los judíos con la antigua Sinagoga medieval y los baños judíos, un conjunto protegido como Bien Cultural de Interés Nacional. Descendiendo hacia el río Fluvià, nos encontramos con la Muralla del Portalet, un portal que marca el límite del recinto amurallado de Besalú.
Proseguimos hasta la Iglesia-Hospital de Sant Julià, una construcción del siglo XII erigida por los condes de Besalú para atender a los peregrinos. Desde allí, continuamos el recorrido por la calle de la Font hasta el Molino Harinero d’en Subirós, construido en 977, que aprovechaba la fuerza hidráulica del agua para moler grano.
La ruta nos lleva a la Plaza Prat de Sant Pere, donde se yergue el Monasterio de Sant Pere de Besalú, con su arquitectura románica y un campanario gótico. Destaca en esta zona también la Casa Cornellà o Casa Llaudes, un edificio románico del siglo XII que forma parte del inventario Patrimonio Arquitectónico de Cataluña.

Fachada del Monasterio de Sant Pere de Besalú, Girona.
Después nos dirigimos hacia la Iglesia Sant Vicent de Besalú, una construcción que combina elementos románicos y góticos y alberga la tumba gótica de Pere de Rovira, que en el año 1413 llevó las reliquias de San Vicente hasta el pueblo. Cerca, encontramos los restos de la iglesia de Santa María de Besalú, testigo de la historia religiosa del pueblo desde el siglo XII.
El imponente castillo de Besalú, construido en el siglo X sobre una colina, nos invita a explorar sus ruinas, donde se conservan los cimientos de la Torre Redonda y la Torre Lardera, dos puntos que reflejan su pasado defensivo. Finalmente, cruzamos la carretera para visitar la Iglesia de Sant Martí de Capellada, una encantadora capilla románica del siglo XI que completa nuestro viaje a través del fascinante patrimonio de Besalú.
Escenario de series y películas muy conocidas
La estética histórica y innegable belleza de Besalú lo han convertido en escenario de películas y series de renombre. Por ejemplo, sirvió como plató para la tercera temporada de la serie de HBO Westworld, donde los creadores buscaban combinar elementos de antigüedad con modernidad, transformando el sitio en un pueblo italiano bajo el dominio de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Anteriormente, también fue escogido para rodajes de la aclamada serie Juego de Tronos y la famosa película El Perfume. Por tanto, no nos sorprende que en 2017 el diario Los Ángeles Times describiera a Besalú como el pueblo "más interesante del que probablemente nunca has oído hablar".
Gastronomía
La gastronomía de Besalú ofrece una rica variedad de sabores que reflejan tanto su geografía como su historia cultural. Un elemento distintivo de esta región es la Ratafía, un licor tradicional elaborado con nueces y aguardiente, muy arraigado en los Pirineos catalanes. La Fira de la Ratafía es uno de los eventos más destacados de Besalú, atrayendo a visitantes cada noviembre para degustar y adquirir este licor.
Además del licor, Besalú es famoso por sus embutidos y carnes, productos esenciales de una cocina de montaña que aprovecha los recursos de su entorno. Entre los embutidos se destacan el fuet, la secallona, el bull blanco y negro, y diversas variedades de butifarra como la blanca, de hígado y de perol. Estos productos se complementan con quesos locales de oveja y cabra, muy apreciados tanto por habitantes como por extranjeros.
La cocina local también cuenta con otros productos de la región como las setas, los caracoles y una variedad de cereales y especias. Las legumbres, especialmente los fesols de Santa Pau, junto con el farro y las farinetas de fajol, son también ingredientes populares en la gastronomía de Besalú. Por último, recomendamos visitar las pastelerías de la zona, donde se puede degustar el Tortell entorxat d’Olot, otro ejemplo de la exquisita tradición culinaria de Besalú.
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