Nuestra sociedad se ha acostumbrada al concepto ‘Estado de alarma’ tras el inicio del coronavirus. En concreto y como consecuencia de la pandemia, España pasó un total de casi 300 días en una situación que, sin embargo, no es la primera vez que atraviesa.

Todo el país se llevaba las manos a la cabeza cuando el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba en marzo de 2020 una medida para un virus sobre el que entonces se tenía total desconocimiento y que reflejaba la situación que ya se estaba viviendo y que todavía, aunque en mucha menor medida, se mantiene.

Posteriormente, y ante el progresivo aumento de los casos, el Ejecutivo decretaba un segundo estado de alarma en octubre del mismo año para dar amparo a las medidas de las Comunidades Autónomas. Sin embargo, El Tribunal Constitucional tumbaba ambos en una sentencia reciente al considerarlos inconstitucionales. No obstante, y a pesar de las polémicas que los han acompañado y los debates tan acalorados que han generado en el Congreso, ninguno de ellos ha sido el primer estado de alarma decretado en nuestro país, al menos, en democracia.

Cronología de una huelga “salvaje”

El estado de alarma es una medida excepcional que ha de tomarse “cuando circunstancias extraordinarias hiciesen imposible el mantenimiento de la normalidad mediante los poderes ordinarios de las autoridades competentes”, según la ley orgánica de Estados de Alarma, Excepción y Sitio.

Los controladores aéreos se pusieron en vísperas del puente de la Constitución en una huelga que sería calificada como “salvaje” por el gobierno del momento y que llevó a Moncloa a decretar el primer estado de alarma de la historia desde el fin de la dictadura.

El caos comenzaba a eso de las 17:00 horas del 3 de diciembre, cuando Aena anunciaba el cierre del espacio aéreo por el plantón de los trabajadores. Aunque la situación de tensión entre estos -que pedían una mejora en las condiciones laborales- y el Gobierno era notable desde hacía meses.

El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, ante un escenario que acabó afectando a más de 700.000 pasajeros, firmó el traspaso del control a Defensa. En otras palabras, militarizó el espacio aéreo. Todo ello después de que el entonces ministro de Fomento, José Blanco, diera un ultimátum a los trabajadores tras una situación que, aseguraba, afectaba a una cantidad desorbitada de españoles y no se correspondía con la realidad.

“Está habiendo un antes y un después. Los controladores cobran 300.000 euros y ahora cobran 200.000. ¡200.000! Y les parece poco. Y hay un antes y un después, porque antes había una situación abusiva. Cuesta renunciar a los privilegios, pero conseguiremos que la racionalidad impere”, señalaba en una de sus intervenciones.

A medidas que avanzaban las horas muy pocos controladores regresaban a su puesto de control. Además, Madrid y Baleares se negaban a seguir la ruta del Gobierno Central. La situación era de máxima incertidumbre.

Huelga de controladores aéreos. RTVE
Fuente: RTVE.
 

Anuncio de urgencia

Aunque el decreto de estado de alarma tuvo que esperar hasta las 12:00 del mediodía del 4 de diciembre, el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba anunció a las 2:00 horas la posibilidad de que el Gobierno adoptara esta medida. Los vuelos se fueron recuperando paulatinamente, primero desde Barajas, después desde Palma, hacia Latinoamérica, etc.

La normalidad fue teniendo lugar, prácticamente hasta su totalidad, a medida que pasaba el día, aunque todavía algunos vuelos nacionales o con destino a Europa que salían de la capital sufrían un retraso que se extendería hasta después de Reyes -el estado de alarma se prorrogó hasta el 15 de enero- cuando se dio por finalizada la huelga de forma definitiva.

Con la situación ya más o menos controlada, Blanco sentenció que la huelga no podía “quedar impune” y explicó que Aena había abierto 442 expedientes disciplinarios. Hay quien pedía, incluso, prisión para los controladores. Es el caso de Eduardo Esteban, fiscal jefe de Madrid.

El exministro José Blanco
ENTREVISTA AL MINISTRO JOSÉ BLANCO. CADENA SER / ANTENA 3.

 

"Hay personas que habrá que expulsarlas porque han tenido una responsabilidad tipificada como muy grave. Habrá personas que tendremos que retirarles la licencia y habrá una responsabilidad civil y penal", defendía el primero en el momento en que el Gobierno se planteaba prorrogar el estado de alarma.

131 controladores condenados

Hace poco más de un mes el caso parecía llegar a su fin después de que la titular del juzgado de lo Penal número 18 de Madrid condenara a 131 controladores aéreos con multas de entre 15.000 y 31.500 euros. La sentencia afectó también al gestor aeroportuario Enaire -antes Aena- declarado responsable civil subsidiario del paro.

Asimismo, la Justicia absolvió a dos de los acusados por la Fiscalía. Uno de ellos el que fuera portavoz de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), César Cabo, ya que en el momento de máxima tensión se encontraba de viaje en Asia.

Tras la condena de sus compañeros, y en una entrevista para Crónica Global que dejó varios titulares, Cabo -considerado principal instigador de la huelga- habló de una especie de ‘guerra sucia’ por parte del Gobierno de entonces. Denunciaba, por ejemplo, que el ministro de Fomento revelase su supuesto salario. “Me fui corriendo a ver mis nóminas porque a mí esas cifras ni me sonaban “, señaló.

Lamentaba también que la gente pensara que la reivindicación respondía a un tema “de dinero” a la vez que se refería a consecuencias fatales para el sector. En una conversación con Telecinco, el portavoz de los controladores aéreos explicó que se les redujo el salario "en un 50%" y se hizo trabajar a personas en verano "hasta 29 días al mes". De hecho, cuenta que la huelga estaba planificada para agosto pero que "todo el país" se "echó encima", por lo que tuvo que esperar.

César Cabo
ENTREVISTA A CÉSAR CABO. TELECINCO.
 

El último estado de alarma decretado en España se prorrogó seis meses desde el momento de su finalización, el 9 de noviembre de 2020, por lo que se mantuvo hasta mayo de 2021. Esto da una idea de la diferencia existente entre los últimos estados de alarma y el de los controladores aéreos, más allá de las causas que empujaron a cada uno de ellos. Sin embargo, y aunque el que se expone en este artículo duró un mes, dejó algunas páginas que, parece, se resisten a cerrarse del todo.