Las varices son dilataciones de las venas del sistema venoso superficial que, además de su efecto estético, puede producir síntomas como sensación de pesadez, dolor, edema o hinchazón, calambres y un deterioro gradual de la piel y del tejido hipodérmico. Surgen por el mal funcionamiento del sistema venoso de las piernas, que hace que la sangre se acumule fácilmente, sobre todo cuando la persona permanece mucho tiempo de pie.

Las varices francas afectan a una de cada cuatro personas (25%), aproximadamente, y si se tienen en cuanta las arañas vasculares y las varices reticulares, el porcentaje se eleva hasta el 70%, y de forma dos veces más frecuente en las mujeres, fundamentalmente por el efecto de los embarazos. Con el tiempo tienden a hacerse más grandes y pueden llevar a producir problemas más graves. Por eso es importante prevenirlas en la medida de lo posible, o realizar ejercicios y trucos que ayuden a reducirlas. A continuación, se detallan algunos remedios.

Cómo prevenir las varices

Algunas personas no pueden evitar la aparición de las varices, pero si pueden reducir las probabilidades de su aparición. Algunos útilices consejos son los siguientes:

  • Mover las piernas con frecuencia, evitando estar largos ratos de pie. Es recomendable darle un descanso a las piernas dando cortos paseos, si no se tiene tiempo.
  • Hacer deporte regularmente. Se aconseja practicar deporte de manera regular y con un calzado cómodo. Andar es uno de los mejores ejercicios para la circulación venosa, así como montar en bicicleta, nadar, correr o bailar. Este tipo de ejercicios favorecen el retorno venoso.
  • Evitar las fuentes de calor o exposición solar continuada. Ejemplos son la depilación con cera caliente, suelos con calefacción radiante, saunas…
  • Tener una dieta rica en fibra y un consumo adecuado de líquidos, mínimo litro y medio diario de agua. Las grasas saturadas no son nada beneficiosas para esta dolencia.
  • Evitar calzado de tacón alto y también el totalmente plano.
  • Las duchas de agua fría en las piernas ayudarán a calmarlas y a favorecer la circulación venosa.
  • Masajear las piernas desde el pie hasta el muslo, en dirección ascendente. También es importante mantener la piel bien hidratada.
  • Caminar de puntillas durante unos minutos, ya que la presión que se hace el músculo al contraerse facilita el retorno venoso.
  • Usar medias de compresión. Este tipo de medias aprietan más en la zona del tobillo y disminuyen la tensión a medida que se acercan a la rodilla, pero favorecen la circulación sanguínea. También hay que utilizarlas en verano, aunque se lleven más incómodas, porque el calor provoca el aumento del calibre de las venas y ello hace que duelan.