Todas las fuerzas progresistas y de izquierdas, y en primer lugar sin duda los socialistas, han sufrido en carne propia el desgaste propio del malestar provocado en amplios sectores populares de la sociedad española por la grave crisis económica y social que padecemos, producto directo de la mayor crisis económica y financiera de dimensiones planetarias que se conoce. También en otros países de nuestro entorno europeo, como Alemania, Italia o Francia, los partidos gobernantes están padeciendo importantes desgastes electorales, en estos tres casos con significativos vuelcos hacia la izquierda, mientras que en otros países, como Portugal, es de prever un giro hacia la derecha.

La nueva gran concentración de poder político en manos de la derecha, ya sea ésta el PP o CiU, por destacar a los dos grandes vencedores en las elecciones del pasado domingo, entraña riesgos evidentes para los sectores sociales más desfavorecidos, con todo cuanto ello puede comportar de recorte de nuestro aún precario estado del bienestar y, por tanto, de ruptura de la siempre imprescindible cohesión social. Pero este ha sido el veredicto definitivo e inapelable de las urnas.

En una coyuntura como la actual, más allá de obsesionarse en debates internos, los socialistas deben ser capaces de redefinir su proyecto político socialdemócrata de acuerdo con la actual situación de grave crisis económica y social. Deben hacerlo mediante su conexión directa con los nuevos sectores sociales emergentes, que en gran parte tienen su expresión en el profundo malestar manifestado estos días en tantos rincones de España por parte del Movimiento 15-M. Y ello comporta, en primer lugar, salir de una vez por todas del ensimismamiento y la endogamia, recoger todas las legítimas aspiraciones de quienes ahora no se sienten representados por nuestras instituciones democráticas y, por encima de todo, comunicar inteligentemente el mensaje alternativo y de cambio que una opción progresista y de izquierdas debe plantear frente a la actual concentración de poder de las derechas.

Jordi García-Soler es periodista y analista político