Feijóo y del PP han vuelto a retratarse. Esta vez, rechazando la propuesta del Gobierno de Pedro Sánchez para condonar 83.252 millones de euros de deuda pública a las comunidades autónomas. Un alivio financiero histórico, que permitiría liberar fondos para hospitales, colegios, servicios de dependencia, vivienda pública o bomberos forestales. Pero el PP ha vuelto a decir que no.

Esto representa un rechazo directo a más recursos para sanidad, educación y servicios esenciales. Supone renunciar a aliviar la carga de intereses que pagan las comunidades autónomas, dinero que podría destinarse a mejorar la vida de sus ciudadanos. Pero los presidentes autonómicos del PP —de Ayuso a Moreno Bonilla, pasando por Mazón, Mañueco o López Miras— han preferido alinearse con Feijóo antes que defender los intereses de los ciudadanos y ciudadanas de sus comunidades.

La pregunta es inevitable: ¿Por qué alguien con un mínimo de sentido común rechazaría que le perdonen parte de la deuda? ¿Qué familia diría que no a que le reduzcan la hipoteca? Pues eso mismo está haciendo el PP con el dinero de todos.

Este episodio no es aislado. Forma parte de una larga lista de negativas sistemáticas a todo lo que mejora la vida de la ciudadanía. El PP votó en contra de la subida de las pensiones, del salario mínimo, del aumento de becas, de la financiación de la dependencia o del control de precios abusivos en el alquiler. También se opone a contratar más personal sanitario, a reducir listas de espera o a reforzar la atención educativa a niños con necesidades especiales. Entonces, si el PP está en contra de todo lo que beneficia a la mayoría, ¿para qué sirve?

Feijóo ha dejado claro que su única prioridad es llegar al poder, cueste lo que cueste. Pero cuando se trata de mejorar la vida de la gente, el PP se convierte en un obstáculo. Salvo hacer daño, ¿saben hacer otra cosa?

El argumento del PP es que esta condonación beneficia principalmente a Cataluña. Pero mienten. Y lo saben. La comunidad más beneficiada sería Andalucía, gobernada por el PP, que recibiría 18.791 millones de euros, 1.600 millones más que Cataluña.

Lo más insólito es que hace un año, el propio Moreno Bonilla pedía una quita de deuda de 17.000 millones. Hoy, se opone a recibir aún más. ¿Cómo explica esta contradicción a los andaluces, que ven deteriorarse sus servicios públicos?

Le siguen la Comunidad Valenciana, con 11.210 millones; Madrid, con 8.644 millones; y Canarias, que recibiría proporcionalmente el mayor alivio: un 50% de su deuda total. ¿Dónde está el agravio? ¿Dónde la discriminación? Feijóo instrumentaliza Cataluña para confrontar con el Gobierno, aunque eso perjudique a sus propios votantes.

Algunos presidentes del PP han llegado a llamar “migajas” a esta medida. Hablamos de 83.252 millones de euros, de los que casi 60.000 millones de euros irían a comunidades gobernadas por el PP. Hablamos de 6.600 millones anuales en ahorro de intereses. ¿Eso son migajas?

Llamar “imposición a punta de pistola” a esta ayuda, como hizo Ayuso, es directamente un insulto a la inteligencia. Rechazar casi 19.000 millones para Andalucía, como hace Moreno Bonilla, solo puede calificarse de irresponsabilidad. Renunciar a 11.000 millones en la Comunidad Valenciana, como hace Mazón, es un desprecio absoluto a quienes necesitan más sanidad, más educación, más becas y más vivienda pública.

Por cierto, el 11 de noviembre de 2014, Feijóo pedía en Barcelona una condonación de deuda, especialmente para Cataluña. ¡Qué casualidad! Entonces gobernaba Rajoy. Hoy gobierna Sánchez. Esa es la única diferencia. La coherencia de Feijóo dura lo que dura la oportunidad política del momento.

Y tampoco quieren reconocer lo obvio: nunca antes las comunidades habían recibido tantos recursos como con este Gobierno. Pedro Sánchez ha destinado 935.000 millones, 300.000 millones más que Rajoy. Pero el PP prefiere ignorar los datos y seguir con su discurso victimista.

Cuando se quedan sin argumentos, el PP recurre a su muletilla favorita: el nuevo modelo de financiación autonómica. Pero ¿cuál es ese modelo? Nunca lo han explicado. Ni cuando Rajoy gobernaba con mayoría absoluta, ni ahora. ¿Por qué? Porque o no lo tienen o saben que su propuesta perjudicaría a la clase media y trabajadora. El verdadero modelo del PP ha sido siempre el mismo: recortar cuando gobiernan en Madrid, bloquear cuando gobierna otro.

Feijóo presume de rechazar la condonación. Pero ¿cuánto durará el “paripé”? Cuando la ley se apruebe y las comunidades puedan adherirse voluntariamente, ¿alguien cree que los presidentes autonómicos del PP dejarán escapar esta oportunidad?

Siete de cada diez euros de esta condonación irían a parar a comunidades del PP: casi 60.000 millones. Andalucía, Comunidad Valenciana y Canarias serían las más beneficiadas. ¿De verdad van a decir que no?

Pero del PP ya no nos sorprende nada. Son el partido del “no a todo”. No a subir las pensiones. No a mejorar el salario mínimo. No a más recursos para becas. No a más dinero para la dependencia. No a más fondos para la vivienda pública. No a más financiación para la prevención y extinción de fuegos. No a aliviar la deuda de las comunidades. No a mejorar la vida de las familias.

Todo esto, ¿para qué? Para desgastar al Gobierno, aunque sea a costa de la ciudadanía. Por eso la pregunta vuelve a ser inevitable: ¿Para qué sirve el PP? Cada vez que Feijóo y los suyos tienen la oportunidad de demostrar que se preocupa por la gente, lo demuestra… al revés. Su único interés es el poder. Y en el camino, deja un rastro de bloqueos, cinismo y oportunismo.

España necesita un Gobierno que piense en la gente, que piense en el bien común, que piense en la igualdad, que piense en fortalecer el Estado del bienestar; y no necesita una oposición instalada en la confrontación permanente. Nuestro país no necesita un PP que, ante cualquier propuesta de mejora para los servicios públicos, responda siempre con el mismo automatismo: “No”.

Súmate a El Plural

Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos.

hazte socio