Ya basta con lo del nombre. Las palabras significan,  así que si queremos que algo que estaba excluido de la generalidad se incorpore a ésta en condiciones de absoluta igualdad, lo que hacemos es abrir la norma para que incluya a todos, no crear otra norma que ya no podrá ser igual. Cuando se quiso que las mujeres (diferentes de los hombres) o las personas de raza negra accedieran al derecho a la propiedad o al voto en igualdad, no se le puso otro nombre al contrato de compraventa ni al voto. Simplemente se modificó la ley que les excluía y les incorporó.

Cuando se quiere que dos cosas signifiquen lo mismo, exactamente lo mismo,  tienen que llamarse igual. No se trata sólo de derechos, sino de valor social y de ahí que los enemigos de la igualdad quieran ahora cambiarle el nombre, porque al llamarse igual se hacen indistinguibles, y eso les otorga a nuestros matrimonios el mismo valor social. Ese es el problema del nombre y no otro, y no es un problema menor sino fundamental. Lo que es exactamente igual se llama igual, los mismos derechos, el mismo valor, el mismo nombre, la misma ley. Como no somos ciudadanos ni ciudadanas especiales no queremos leyes especiales.

Aunque no lo dijo el otro día porque nadie le preguntó, Rajoy siempre que puede dice que él quiere que en España la unión entre personas del mismo sexo sea como en Gran Bretaña donde una Ley de Parejas concede casi los mismos derechos a estas parejas, aunque sin ser matrimonio, es decir, sin otorgarles el mismo valor social. Pues en esa Gran Bretaña gobernada por los conservadores estos acaban de declarar que pretenden aprobar próximamente una ley de matrimonio entre personas del mismo sexo porque consideran que la Ley de Parejas es discriminatoria y desigual, aunque reconozca los mismos derechos. Pues eso, es discriminatoria porque no es la misma ley. Así que señor Rajoy, ¡no de más la tabarra con lo del nombre o, al menos, diga la verdad!: que como para su partido no somos iguales no nos merecemos la misma ley.

Por último, desde que se aprobó en 2005 la ley que nos permitía acceder al matrimonio éste ha avanzado de manera significativa en todo el mundo y, como he dicho, incluso los conservadores británicos van a aprobarlo. Así que además de estar a favor de la desigualdad y la discriminación, es usted un antiguo, señor Rajoy. Todas las recetas que ofrece, para este y otros temas y especialmente para las cuestiones económicas, son antiguas, han sido probadas y no han dado resultado. Todo lo que propone es antiguo y pasado de moda.

Beatriz Gimeno es escritora y expresidenta de la FELGT (Federación Española de Lesbianas, Gays y Transexuales)