La explicación de nuestro éxito es que nuestros votantes están hechos a nuestra imagen y semejanza. Como no gastan su tiempo y energías en inútiles disquisiciones filosófico-morales, sus pensamientos se pueden concentrar en temas más concretos y perceptibles. Cualquiera de ellos prefiere un traje regalado ahora, que una beneficiosa reforma mañana. Porque sabemos que con un buen traje hoy, conseguimos un mejor mañana para nuestros hijos. Esa es la diferencia, que nosotros pensamos en un futuro nuestro, en exclusividad, y la izquierda sigue pensando en futuros globales.
Lo refleja claramente uno de los lemas que los concentrados han hecho popular estos días: “No hay pan para tanto chorizo”. Que ellos sigan pensando en el pan para todos, que los chorizos serán siempre nuestros.