Todos los gobiernos socialistas han apostado por un buen sistema de becas para garantizar la igualdad de oportunidades en educación; porque invertir en estas ayudas supone hacerlo en capital humano y en justicia social a la vez. El Gobierno de Pedro Sánchez acaba de aprobar 2.520 millones para becas, la cantidad más elevada de la historia de nuestro país, lo que demuestra su compromiso con los jóvenes, 1.000 millones más que en el último curso con Gobierno del PP.

Esta inversión sin precedentes beneficiará a un millón de alumnos. Un dato para comparar: en 2018 el Ministerio de Educación invirtió 315 euros por alumno, frente a los 634 euros de 2023, más del doble. Además, la cuantía media de una beca se estima en 1.730 euros para los estudiantes no universitarios y en 3.130 para los universitarios.

El próximo curso se creará también una nueva ayuda universal de 400 euros anuales dirigida a unos 240.000 alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo; y, por otra parte, las becas de residencia en estudios postobligatorios pasarán de 1.600 a 2.500 euros, favoreciendo así a familias de entornos rurales.

Recordemos que el último Gobierno del PP recortó becas en número y cuantías y aumentó el precio de las matrículas universitarias, lo que provocó que más de 120.000 alumnos abandonasen la universidad por carecer de recursos para seguir formándose. El PP le robó así su futuro a miles de jóvenes de nuestro país.

Cuando la derecha afirma que sobran alumnos en las universidades, no están pensando en sus hijos, sino en los de la clase media trabajadora. Los hijos de la derecha no necesitan becas para poder estudiar. Ellos pueden permitirse el lujo de pagar una universidad privada sin problemas y obtener un título universitario, aunque sea a costa de una menor formación, pero lo importante siempre será tener el título.

Para favorecer este modelo del sálvese quien pueda, muy de derechas, el presidente andaluz del PP Juanma Moreno acaba de aprobar dos nuevas universidades privadas en Andalucía: la CEU Fernando III y la Tecnológica Atlántico-Mediterráneo (Utamed), y lo ha hecho en contra de toda la comunidad universitaria, porque supone un cambio de paradigma en el modelo universitario andaluz, que deja de entenderse como un bien de interés general y social para concebirse como un modelo especulativo de negocio.

Los rectores de las universidades públicas andaluzas no se han callado ante el órdago del presidente andaluz del PP y todos ellos han remitido un duro comunicado público conjunto contra esta decisión, alertando de que ambas universidades privadas no cumplen los criterios de calidad básicos. Dicen asistir a un crecimiento exponencial de la oferta privada, mientras la universidad pública andaluza necesita y sigue esperando un modelo de financiación que mejore las condiciones laborales de su personal, que permita “avanzar en la excelencia”.

Las universidades públicas ya estaban en desacuerdo con el modelo de financiación del primer Gobierno de Juanma Moreno, lastrado por los recortes presupuestarios, más de 135 millones en plena pandemia; y por la falta de un modelo de universidad dotado de una financiación plurianual que dé certidumbre y estabilidad al sistema. Hubo varios manifiestos de rechazo por parte de los rectores y rectoras de las universidades andaluzas, incluido el actual consejero de Universidad de la Junta de Andalucía, el Sr. Gómez Villamandos, que por aquel entonces era rector de la Universidad de Córdoba.

El ministro de Universidades, Joan Subirats, ante la apuesta de Juanma Moreno por las universidades privadas, ha dicho que: “Estamos ante un auge de universidades privadas en muchas Comunidades que, en muchos casos, no cumplen los estándares de calidad fijados. Es un problema acuciante, porque acaba afectando al conjunto del sistema universitario”. Y ha dejado claro que, aunque son las comunidades las que tienen la competencia, deben corresponsabilizarse de este problema que afecta a la ciudadanía. “No pueden aprobarse pseudouniversidades con informes previos en contra”. Y añade: “Estaremos vigilantes. No avalaremos títulos oficiales sin que cumplan los mínimos para ello”.

Sr. Moreno Bonilla, ¿por qué no trabaja por solucionar los problemas, necesidades y carencias de las universidades públicas andaluzas? ¿Por qué no destina más recursos a las universidades públicas en lugar de favorecer el asentamiento de universidades privadas en Andalucía? ¿Por qué asfixia económicamente lo público y gestiona a favor de lo privado? ¿Por qué antepone la especulación al bien común?

El presidente andaluz del PP siempre ha apostado por favorecer el negocio de la sanidad privada. Ahora lo amplia a las universidades privadas, para beneficio y lucro de unos pocos. Con ello rompe la igualdad de oportunidades y la apuesta por el talento; aquí solo importa la cuenta corriente de los padres.

Frente a ello, los socialistas reivindicaremos siempre una universidad pública y de calidad, que genere talento y contribuya a la creación de puestos de trabajo, accesible a toda la ciudadanía gracias a un buen sistema de becas entendido como un bien social y no para el negocio de unos cuantos. ¡No somos lo mismo!

Miguel Ángel Heredia Díaz

Portavoz Adjunto de la Dirección Socialista en el Senado, Portavoz de Hacienda y Senador del PSOE por Málaga