El tenista Rafael Nadal, un héroe para muchos millones de personas, no sólo pasa por ser un extraordinario deportista con aureola en el mundo entero, si no que representa a la nueva generación de españoles que además de obtener un éxito global es un ejemplo de solidaridad y buen criterio dentro y fuera de las pistas.

Quizá consciente de que su etapa en el mundo del tenis de élite llega a su final –que está por ver ó simplemente porque ha querido ejercer de ciudadano consciente-, Nadal se ha largado una entrevista “general” en la que por vez primera enfrenta y responde a cuestiones políticas.

Entrevista importante

Desde luego, el mallorquín demuestra estar muy informado de las cosas de su país y demuestra también que darle a la bola no está reñido en modo alguno con tener opiniones muy bien fundadas que representan o pueden representar a millones de compatriotas.

De lo declarado y leído me interesa subrayar esto: “los partidos políticos en España deberían ponerse de acuerdo en cuestiones esenciales para los ciudadanos y dejar de radicalizarlo todo”. Ignoro a quién vota Rafael Nadal y ni me interesa. Sólo sé que es fan del Real Madrid como millones de personas en todo el mundo de la condición política más dispar.

Por eso, considero que esa idea transmitida por el deportista es compartida por mucha gente en España especialmente de las nuevas generaciones que siempre vivieron en democracia.

Radicalización

¿Qué es “radicalizarlo todo”? Básicamente, que los criterios de antaño para situarse en trincheras ya no sirve; sencillamente, han sido superados. Y que si que de verdad lo que se persigue es el interés del pueblo llano hay que ponerse de acuerdo en defensa de esos intereses que son políticos, obviamente, pero también técnicos y de sentido común.

Una inmensa mayoría de la sociedad española actual –incluso después de la terrible experiencia todavía no superada de la gran crisis-está por la moderación, y si se me apura el centrismo. ¿Querrá decir, oiga, que las consideraciones sociales y de atención a los más necesitados y las consiguientes clases medias hay que arribarlas bajo el celemín? En modo alguno y justamente todo lo contrario. Los radicalismos hueros conducen directa y rápidamente a la fustración y la melancolía.

De ahí que considere muy interesante el reclamo del gran campeón. Por la significación de su persona y por la moderación que reclama.