La comunicación política a veces puede aminorar las consecuencias de un error, pero en ningún caso puede ocultarlo por completo. Cuando la comunicación política se sustenta en la persistencia en la mentira, diciéndole a cada persona lo que esta desea oír, es evidente que el resultado es la desconfianza, la falta de credibilidad. El actual rescate financiero de España es la reacción europea a esta falta de credibilidad de Rajoy y su Gobierno, a esta desconfianza ante quienes han hecho de la mentira su único mensaje político. El tacticismo de vuelo gallináceo fundamentado sistemáticamente en la mentira se da de bruces con cualquier estrategia política digna de confianza. Para nuestra desgracia, hoy España es vista internacionalmente como un país sin credibilidad, sin capacidad para defender un relato propio en una situación crítica como la actual.
Empecinado en sostenerse en el poder gracias a la amplia mayoría absoluta del PP, Mariano Rajoy se empeña en seguir mintiendo. Y lo hace enrocándose en unas posiciones numantinas, sin apostar por el más amplio consenso posible, imprescindible para recuperar al menos en parte la credibilidad internacional perdida después de tantas y tantas mentiras dichas en tan pocos meses.
Jordi García-Soler es periodista y analista político