Con una pequeña pausa para celebrar el Día de Todos los Santos, este 1 de noviembre, David Marjaliza ha iniciado este lunes el primero de los tres días en que volverá a la Audiencia Nacional para corroborar su confesión sobre los presuntos delitos de la trama Púnica. El que fuera socio de Francisco Granados volverá mañana martes y el próximo jueves, al juzgado de Instrucción número 6, el mismo que pisó en diciembre de 2016, también en una maratoniana sesión de tres días, para ratificar todo lo que dijo en aquellas fechas en que decidió tirar de la manta para poder salir de prisión.

Este reflejo del pasado servirá a las fiscales del caso para apuntalar todas las causas relativas a la empresa Cofely dentro de la trama Púnica. Y, al igual que con las calaveras que adornan en estas fechas las tumbas en México, Marjaliza amenaza con desempolvar varios esqueletos del Partido Popular que en las últimas semanas se habían escondido en el armario del independentismo catalán.

Tras su declaración de este lunes, Marjaliza ha atendido a los medios para confirmar que ha vuelto a prestar su “máxima colaboración” con la Justicia y ha ratificado la declaración que hiciera ante el juez Eloy Velasco, ahora que el magistrado Manuel García Castellón ha tomado las riendas del juzgado.

Pero, sobre todo, Marjaliza ha entregado más documentación sobre el caso y estos días tiene la oportunidad de enfrentarse cara a cara con las defensas del caso, aprovechando que se ha levantado el secreto de sumario del caso Púnica. Y su intervención ayudará a apuntalar las sospechas de la Fiscalía Anticorrupción, que pretende aprovechar el alzamiento del secreto para citarle en todas las piezas del caso para que pueda colaborar en ellas.

Marjaliza ya explicó ante Velasco el mecanismo de participación de la empresa Cofely en la trama Púnica, con el pago de comisiones de todo tipo a alcaldes de la Comunidad de Madrid a cambio de contratos de eficiencia energética con esta empresa, filial de la compañía energética francesa GDF Suez. Comisiones que iban de los 2.000 a los 500.000 euros, como en el caso de Parla, donde entonces gobernaba el PSOE. Sin embargo, es en el PP donde más deben temer la declaración de Marjaliza; y no solo por el funcionamiento en Collado Villalba, donde asegura que se dio una comisión de 200.000 euros al entonces alcalde, Agustín Juárez.

Sin embargo, son casos ya amortizados: Móstoles, Serranillos del Valle, Valdemoro.... El problema viene con los casos que siguen latentes y con importantes cargos aún en activo. Porque la sombra de Cofely es alargada y cubre buena parte de Madrid… y más allá. En Brunete, pese a su imputación, sigue gobernando Borja Gutiérrez, hombre de confianza de Cristina Cifuentes, a quien García Castellón citó “por diversos delitos contra la Administración Pública por su participación en los procesos de preparación del contrato de eficiencia energética del Ayuntamiento de Brunete con la mercantil Cofely”.

Y, el caso de Brunete es un espejo de lo ocurrido en Almendralejo (Extremadura), cuyo alcalde, José García Lobato, está acusado por la Guardia Civil de cuatro delitos. En un informe de 124 folios, la Unidad Central Operativa desgrana ante el mismo juez las pruebas de presuntos cohecho, fraude, revelación de secretos y tráfico de influencias por un contrato amañado con Cofely que, finalmente, fue frustrado y no se pudo cerrar por el estallido de la Púnica.

O el de Alcalá de Henares, Bartolo González, quien no está imputado pero la UCO investiga las actividades presuntamente delictivas durante su mandato, consistentes en la obtención fraudulenta de adjudicaciones de contratos públicos a la multinacional francesa Cofely. El problema es que Bartolo González sigue ocupando un cargo de diputado en la Asamblea de Madrid, donde Cristina Cifuentes tiene pactado que no puede mantener a imputados. Y si se diera el caso de que fuera imputado, sería la enésima vez que tiene que echar a un diputado para mantener el pacto de Gobierno con Ciudadanos y ahora tiene difícil darles la salida del Senado. Los muertos que vos matáis, gozan de buena salud.