No hay político, empresario, coach, mentor, economista, experto o tertuliano al que no se le llene la boca con la palabra talento cuando se habla de retenerlo, atraerlo, en el caso de la migración cualificada; o recuperarlo, en el caso de los españoles que formados aquí y se fueron al extranjero quieren regresar o han regresado.

Retenerlo es fácil si se pagan salarios acordes con el esfuerzo y la calificación de cada puesto, atraerlo requiere la agilización de los trámites para la homologación de las titulaciones académicas (en marzo de 2021 había 15.000 extranjeros en cola) y para recuperarlo solo es preciso homologar las titulaciones obtenidas en el extranjero para no frustrar sus expectativas de reubicación profesional en nuestro país.

No es de recibo que personas que cursaron másteres en universidades de excelencia con una beca Talentia de la Junta de Andalucía estén más de tres años esperando que el Ministerio de Universidades les reconozca, por ejemplo, los estudios cursados en la Universidad de Columbia (EEUU).

“Es de vital importancia para nuestro mercado laboral atraer el talento que necesitamos para recualificar nuestro país. No se puede pensar en hacerlo sin la inmigración de profesionales de alta cualificación”, dijo el 24 de marzo de 2021 el entonces ministro del ramo, Manuel Castells, que preparaba un decreto para actualizar el que está vigente desde 2014 el RD 967/2014 sobre homologación y equivalencias de títulos extranjeros.

Pero parece que el cambio de titularidad en la cartera de Universidades de Castells a Joan Subirats afectó al proyecto de agilización administrativa, y aún sigue vigente una norma con ocho años de antigüedad.

Revertir la fuga de cerebros de los países en desarrollo a los ya desarrollados no es sencillo por la brecha salarial entre el norte y el sur, pero tampoco lo es la acontecida en España hacia lugares más avanzados. 

La reforma de la ley de Extranjería aprobada por el Consejo de Ministros el pasado 26 de julio, a propuesta del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, facilita la inmigración cualificada y agiliza plazos y trámites, pero no hace referencia alguna al tema de las homologaciones de las titulaciones académicas, que dependen del Ministerio de Universidades.