Algunos líderes del PP hace tiempo que perdieron las buenas maneras y ahora pasan directamente al terreno de la falsedad. El secretario general del partido, Teodoro García Egea, que prepara sus intervenciones en clave demoledora, soltó este jueves una nueva perla en la emisora de los obispos, Trece TV: “¿Ha pactado la fiscal general del Estado [Dolores Delgado] con el señor Bárcenas para perjudicar al PP? ¿Forman parte las declaraciones del condenado por robar al PP (Luis Bárcenas) de algún tipo de acuerdo con la Fiscalía, cuya máxima responsable es la fiscal general del Estado, exdiputada socialista y exministra de Pedro Sánchez”?

Tamaña barbaridad ha conseguido que las asociaciones de fiscales, conservadoras y progresistas, hayan saltado al unísono calificando las declaraciones de intolerables y mostrando su hartazgo porque tanta injerencia política cuestiona su profesionalidad.  

Como se ha demostrado, una vez que se aferran a un argumento no lo sueltan. De modo que Pablo Casado ha vuelto a insistir en lo mismo, subrayando su convicción de que se ha utilizado torticeramente a la Fiscalía.  Al partido que un día presidió con mano de hierro Manuel Fraga Iribarne le ha supuesto un mazazo la confesión del ex tesorero del PP, Luis Bárcenas, apuntando desde Mariano Rajoy hacia abajo a los perceptores de fondos opacos. Así que, Casado tira balones fuera a la desesperada, asegurando que les persiguen “con todos los aparatos del Estado en un momento en que PSOE y Podemos tienen muchos problemas de reputación”.

Así las cosas y ante el fiasco para el PP que auguran las encuestas en las elecciones catalanas, situándolo en penúltima posición y en práctico empate con Vox y la CUP, la dirección ha sacado su artillería pesada.  Primero envió a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien con su irritante estilo proclamó que, con el buen tiempo que suele hacer en Barcelona, era un “delito” tener los bares cerrados.

Ahora, han desembarcado en tierras catalanas la sin par Cayetana Álvarez de Toledo y Alejo Vidal Quadras, que presidió el PP catalán con bastante acierto, aunque más tarde, en 2014, lo abandonó para asumir la presidencia de Vox, desde donde ha regresado a las filas populares como el buen hijo pródigo. En cuanto a la diputada por Barcelona, no ha defraudado  repartiendo mandobles a diestro y siniestro: “Illa es el testaferro del nacionalismo”, clamó. 

Menos mal, que la destitución de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz del PP le ha restado protagonismo parlamentario en esta espinosa cuestión. En su visita a Cataluña tampoco ha repetido lo que dijo hace poco en un debate de Ámbito Cultural de El Corte Inglés, teniendo como oponente a la ex directora de El País, Soledad Gallego: “Los partidos ahora están dominados por la brutalidad y la estupidez”.

En cualquier caso, Salvador Illa parte como favorito en todos los sondeos y en Cataluña se observa que, pese a la pandemia, hay ganas de urnas. El voto por correo se ha disparado, mientras muchos de los designados para formar las mesas electorales el 14 de febrero presentan todo tipo de certificados médicos para evitar lo que consideran un riesgo sanitario. Son muchas horas recibiendo a los votantes y el recuento manual de las papeletas manoseadas se hace largo.

A la espera de lo que digan las urnas el 14 de febrero, el PP acosado por la corrupción y muy cuestionado en Cataluña por su papel en el procés, está a punto de desmoronarse.