Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario general del partido socialista,  ha anunciado “el inicio de un nuevo ciclo político”. No parece desde luego que sea una simple exageración retórica. El cambio que pregonaron hasta la saciedad los conservadores  se ha vuelto ahora contra los genoveses.

Fracaso de Pedro Arriola
“Los muertos que vos matáis, gozan de buena salud”, podría Rubalcaba decirle además a Mariano Rajoy. Daban los populares por fallecidos a los socialistas andaluces y, en buena parte, a los asturianos y sucedió todo lo contrario. Pedro Arriola, marido de Celia Villalobos y veterano gurú del PP, ha fracasado en sus cábalas.

Salto de alegría
No sólo no han muerto los socialistas asturianos y andaluces, sino que el conjunto del PSOE –auxiliado por una crecida y compacta  Izquierda Unida- ha dado un gigantesco salto de alegría. No debe minimizarse, pues, el oráculo de Rubalcaba respecto a “un nuevo ciclo político”.

La hora de la conciliación
Ha llegado la hora por consiguiente –y sin la asfixia de las derrotas por medio- de cerrar filas, rebajar tensiones, olvidar tiranteces y conciliar a tirios y a troyanos instalados en el interior del partido. También es la hora de enaltecer a los vencedores.

El presidente del PSOE
Griñán, presidente del PSOE nombrado en el reciente Congreso de Sevilla, debe sentirse arropado por el cuartel general de Ferraz, al margen de fricciones que algunos le adjudican con Rubalcaba y con Chaves.  En todo caso, lo peor -la caída de Andalucía en manos populares- parece haber pasado ya.

Hacer piña, imprescindible
En este proceso –del 20-N al 25 de marzo-, el máximo responsable en Andalucía ha sido Griñán. No se equivocó aun teniendo una delicadísima situación de rifirrafes -e incluso de guerras intestinas- que podían conducir directamente al desastre. Ahora que, por fin, el PSOE ha recuperado en su recorrido la buena dirección, hacer piña es  no solo conveniente, sino imprescindible.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM