La frase de Ayllón no era cierta, pero ese pequeño detalle acerca de la veracidad del aserto, acostumbra a carecer -en el universo de la derecha española- del más mínimo interés.

Para ganar en las urnas todo vale desde la óptica ultraconservadora. De modo que las órdenes transmitidas a la Brunete Mediática llegaron enseguida  a sus destinatarios.

La máquina de los embustes
La máquina de fabricar embustes se puso una vez más en marcha. Pedro J. Ramírez –que se nos ha hecho historiador de la Revolución francesa, ¡pobre Revolución francesa!- sacó la artillería y disparó a discreción: “El CIS irrumpe en campaña y lanza un salvavidas a Rubalcaba” Los datos “son poco creíbles”, “huelen a campaña electoral” y “a dar moral a la tropa socialista”.

En caída libre
El resto de los satélites periodísticos genoveses se sumaron con presteza a la tesis del tal Ayllón.  Había que insuflar optimismo como fuere a Rajoy, cuya torpeza y cuyo descrédito se multiplican a día que pasa. Por consiguiente, era urgente trasladar a la opinión pública que la culpa del estado de Rajoy, en caída libre, es básicamente del CIS, retorcido y manipulado por el Gobierno.

Acierto el 22-M
Sin embargo, y según hemos demostrado de forma fehaciente desde  ELPLURAL.COM, el CIS clavó con exquisito acierto los resultados del 22-M, hace poco más de dos meses. No falló ni un milímetro. Pronosticó la debacle socialista y vaticinó la derrota del PSOE en Castilla-La Mancha y en Extremadura, advirtiendo en cuanto a esta autonomía, que sólo podrían seguir gobernando los socialistas si IU les ayudaba.

Aplauden o abroncan
Y como Izquierda Unida no les ayudó, el PP se hizo con el santo y la limosna del Gobierno de Extremadura. María Dolores de Cospedal, después de leer atentamente el CIS anterior al 22-M -que tanto le beneficiaba en su intento de ser presidenta de Castilla-La Mancha- estaba más contenta que una niña con zapatos nuevos.  No hubo, pues,  un solo reproche al CIS por parte de Cospedal. Nadie del PP se pronunció en contra del organismo mencionado durante aquellos días. Aplauden cuando ellos, los populares, salen bien parados de las encuestas del CIS. Cuando salen mal parados, abroncan al  CIS.

Conducta generalizada
Ésta es la conducta generalizada de los dirigentes del PP. No ejercen casi nunca de políticos serios y responsables, sino que ejercen de jugadores tramposos que procuran jugar con las cartas marcadas. La encuesta del CIS no hace más que ratificar el diagnóstico que media España, al menos, tiene muy claro. Rajoy no da la talla.

Impresentable
Rajoy no es el presidente que reclama la mayoría de ciudadanos de este país y menos en tiempos de crisis económica todavía perdurable. En comparación con Rubalcaba resulta el líder de la derecha impresentable. El PP tiene un problema muy grave. Con Rajoy de candidato es posible que pierda las elecciones. Ni más ni menos.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM