Sin embargo, la que fuera presidenta de la Comunidad de Madrid, en respuesta a una pregunta sobre el fuerte incremento de la temporalidad de los empleados públicos durante su mandato, no se quedó solamente en la afirmación que inicia este escrito y destapó el tarro de las esencias en la Asamblea madrileña asegurando que no consideraba que el "empleo público sea un factor de calidad y estabilidad en el conjunto del empleo" y que, por tanto, ella estaba en la "obligación" de destinar el "menor dinero posible" al empleo público. Estas palabras las pronunció el 6 de marzo de 2009 y, para quien tenga cierta curiosidad fruto de la incredulidad, figurarán en el diario de sesiones de aquel día.

Esta señora, de la que en mi pueblo dirían que tiene más cara que un saco de perras, se ha reincorporado como empleada pública -en su condición de funcionaria- al trabajo que dejara hace 30 años en el ministerio de Industria, donde ha acudido con su particular jefe de Gabinete y donde dependerá directamente -¡oh, casualidad!- de la esposa del diputado popular Vicente Martínez Pujalte, pero hoy es noticia no porque haya instruido unos cuantos expedientes administrativos en su retomada condición funcionarial, sino que lo es porque ha acudido a la campaña de su partido en las elecciones gallegas y ha postulado a Núñez Feijóo como pieza de recambio del presidente del Gobierno de la nación.

Aunque, con ser estas declaraciones de la señora Aguirre de un fuerte calado político, mi interés en esta ocasión se orienta por vericuetos más domésticos. ¿Cómo se las apaña para participar durante dos días laborables en sendos mítines electorales? ¿Está “liberada” por ser ella quién es? ¿Hace uso de los días para asuntos propios –los conocidos popularmente como “moscosos”- que ha recortado drásticamente el Gobierno de su partido por aplicación del Real Decreto-Ley 20/2012 del pasado mes de julio? ¿Le afectará la eliminación de la paga extra de Navidad o, al ser ella una ex presidenta de Comunidad, se rige por otra normativa que le es más favorable?

Y, por último, al incrementarse el número de empleados públicos con su incorporación al ministerio de Industria ¿corremos el riesgo toda la sociedad española de tener escasez, pasar hambre, incurrir en la miseria o padecer la corrupción como ocurre en los países del socialismo real? Pero no me conteste doña Esperanza, usted es una persona inteligente y se habrá percatado de que son preguntas meramente retóricas.

Gerardo Rivas Rico es licenciado en Ciencias Económicas