Hace solo unos días, Borja Sémper, portavoz y vicesecretario del PP, en una entrevista decía textualmente: “Feijóo va a ser el candidato de las generales, independiente del resultado del 28-M”. ¿Recuerdan que dijeron lo mismo de Casado? A menos de un mes para las municipales y autonómicas, estas declaraciones son todo un síntoma de que al líder del PP no parecen irle demasiado bien sus perspectivas electorales.
Y es que en un año, Feijóo ha pasado del triunfalismo y del vamos a arrasar en las elecciones del 28-M; a rebajar y enfriar expectativas, a no tenerlo ya tan claro y a decir que se hará corresponsable de los resultados en los próximos comicios.
Que Feijóo está cayendo en picado no es ningún secreto. Hasta el ABC, nada sospechoso de ser de izquierdas, ha publicado que la valoración, del todavía líder del PP, ha caído 15 puntos en doce meses. De rozar el 35% a caer por debajo del 20%. Y más recientemente, también ABC señalaba que ahora mismo Pedro Sánchez era el candidato preferido de los españoles como próximo presidente del Gobierno con el 24,1%, frente a un Feijóo con un 19,6%.
La falta de solvencia del ex presidente gallego es cada día más clara. Hace unos días Feijóo volvía a perder el debate con el presidente Pedro Sánchez en el Senado. Y ha perdido los 4 celebrados, y como siempre, a pesar de leer todo lo que dice, patina y se equivoca.
Su discurso hace aguas. No hay mitin sin metedura de pata o aderezado de frases ridículas, como la del pasado fin de semana en Cataluña: “Yo soy gallego porque nací en Galicia que es una parte de España, seguro que ustedes son catalanes, porque nacieron en Cataluña que es una parte de España”; o cuando dice perlas como: “Cuando alguien presume de que gasta mucho, lo que no dice es que gasta los impuestos que pagamos para que esa persona pueda decir que gasta mucho. Usted no gasta mucho, usted nos quita mucho de lo que queríamos gastar nosotros”. ¿Alguien entiende algo?
El líder del PP hace daño a nuestro país cuando va a Europa a hablar mal de España. Lo hace con los fondos europeos para tratar que no vengan más recursos para generar empleo y riqueza, cuestiona la “excepción ibérica” que supone ahorro para las familias y que es un mecanismo que la UE pretende copiar; critica el acuerdo del Gobierno de Pedro Sánchez con Europa para reformar las pensiones sin recortes y se enfrenta hasta con el PP europeo apoyando a Moreno Bonilla en su apuesta por desecar Doñana.
Feijóo mantiene bloqueada la renovación del Consejo General del Poder Judicial, incumpliendo la Constitución por intereses partidistas y, además, maniobra en la oscuridad reuniéndose a hurtadillas con fiscales conservadores para asumir compromisos de derogación de leyes. Sr. Feijóo está usted cruzando todos los límites, ¿hasta dónde piensa llegar? Y ¿qué leyes pretende derogar? ¿La reforma laboral, la reconstrucción del Pacto de Toledo o la Ley de la Vivienda? Queda claro que el único objetivo del PP es derogar, desmantelar y demoler.
Y su comodín para llegar a la Moncloa era que se hundiese económicamente España. Eso fue lo que pronosticó en otoño y lo que deseaba en lo más profundo, pero tampoco le ha salido. España en 2022 ha crecido un 5,5%, cuatro veces más que cuando gobernaba el PP en una crisis mucho menor, y en el primer trimestre de 2023 la economía española creció un robusto 0,5% trimestral por el tirón de las exportaciones y la inversión. El FMI confirma que España liderará el crecimiento económico en la eurozona en los dos próximos años.
Por otra parte, abril ha sido un mes histórico de empleo, con récord de personas trabajando: 20,6 millones; se han creado 600.000 empleos en el último año; se han firmado 530.000 contratos fijos en un mes; el paro baja en 74.000 personas y tenemos el menor nivel de paro en 15 según los últimos datos del la EPA, España ha registrado el mejor primer trimestre para el empleo de los últimos 15 años. Todo un éxito del gobierno de Pedro Sánchez.
Hay dos cosas más detrás de la pérdida de confianza en Feijóo. En primer lugar, su negativa siempre a buscar soluciones a los problemas de la gente. Su no a la subida hasta los 1.080 euros del Salario Mínimo, su no a la subida del 8,5% para las pensiones, su no a la subida de las becas o su no a favorecer el acceso a la vivienda a las familias españolas. ¿Qué es lo que no le gusta a Feijóo de todo esto?
Por último, recordar que lo primero que hizo Feijóo cuando fue presidente del PP fue pactar y facilitar que Vox entrase en el gobierno de Castilla y León, convirtiendo a esta región en la primera de Europa donde la ultraderecha gobierna. Y volverá a hacer lo mismo con la ultraderecha tras las elecciones del 28-M. Cada día se difumina más con ellos y se aleja más del centro derecha moderado.
Como dice el presidente Pedro Sánchez, no sabemos si a Feijóo esto le viene grande o le pilla lejos; pero la realidad es que su credibilidad y su valoración decrece cada día porque ni está en la solución de los problemas de la gente ni arrima nunca el hombro ni se alegra de nada bueno de lo que pase a España y los españoles.