El ex portavoz de Batasuna ha procurado, desde hace muchos años, buscar salidas pacíficas -y a ser posible definitivas- al terrorismo de ETA, aunque durante una época él mismo perteneció a esa banda armada. El distanciamiento de Otegi en relación a ETA ha sido, no obstante, cada vez mayor.



Contra viento y marea
Hay una corriente de opinión en la sociedad española, y asimismo en la sociedad vasca, que odia a Otegi. Desde la siempre respetable sensibilidad de numerosas víctimas del terrorismo, ello resulta entendible. Pero hay víctimas, en cambio,  que optan por respaldar actitudes como las que defiende Otegi, en la medida que, desde luego, rema -a veces contra viento y marea- en la buena dirección.



Contra las cuerdas
Las tesis de gente como Otegi ha ido contribuyendo a que ETA se encuentre progresivamente aislada y frágil. Hoy por hoy –y, por otra parte, gracias también a la firme actuación de las fuerzas policiales de Euskadi, España y Francia-, la cúpula etarra está contra las cuerdas. Quienes subrayan, con conocimiento del asunto, que ETA puede derrumbarse o incluso desaparecer pronto, no engañan.



Muy lamentable
Sin embargo, no deja de ser muy lamentable que, a través de los medios afines al PP y a través de los voceros de Mariano Rajoy, se compare sistemáticamente a Bildu con ETA. O que se culpabilice –como si fueran peligrosos cómplices del terrorismo- a los seis magistrados del Tribunal Constitucional que legalizaron a Bildu. Y no digamos cuando se repite una y otra vez, por los altavoces de la derecha, que han sido Zapatero y Rubalcaba los autores intelectuales de una fechoría tan grave, si fuera cierta,  como la de dar alas al terrorismo de ETA.



Momentos históricos
Asistimos a unos momentos que pueden ser sin duda históricos. Porque el fin de ETA provocará -cuando ello ocurra, y ojalá que ocurra cuanto antes-, una inmensa satisfacción a la ciudadanía. ¿Por qué, pues, los mensajeros de Génova 13 se esfuerzan en obstaculizar al máximo un renovado proceso destinado a que la paz y la concordia se impongan a la abominable lógica de las armas? Mientras tanto,  Rajoy, como es su estilo, calla, no abre la boca y deja hacer. ¿Este estadista de hojalata es quien  nos quiere gobernar?

Enric Sopena es director de ElPLURAL.COM