“Por un lado hay un bloque de pseudohistoriadores que responden como hicieron los vencedores: la Guerra Civil empieza en la República. Por otro, hay una visión beatífica que congela la República en el 14 de abril de 1931, un día lleno de alegría y esperanza. Suprimir de la República la visión de conflicto es devolver una visión falsa de los años treinta”. Con todo, es rotundo: ni la guerra empezó en 1934 ni era inevitable: “La Guerra Civil no tiene su origen en la República sino en un golpe de Estado“.

Hay más cosas que yo sé, siento y lamento. La República optó por la educación, empezando por erradicar el analfabetismo. Gran parte de España, sí, era analfabeta. Aquel período histórico, plagado de errores, según insignes historiadores y pensadores de la altura del ex terrorista del GRAPO Pío Moa, fue abortado por un Golpe de Estado. Algunos creen -incluso-hoy- que era necesario. Nada menos. El caso es que los intentos republicanos, por la educación por ejemplo, fueron sustituidos por un negro período -de cuatro décadas que se dice pronto- en la que se anuló a la mujer española. Sin ir más lejos, también. Es decir, que las grandes inquietudes de mi madre fueron cercenadas por una vida sin instrucción (que ella suplió como pudo por su cuenta) y por el sometimiento absoluto al hombre como mandaba el régimen. No vamos a repetir los datos tantas veces dichos del trato que recibió la mujer como una tarada mental en el franquismo, pero ese parón tan descomunalmente largo no pudo ser inocuo. También mi brillantísimo padre –que tuvo que abandonar el colegio a los 9 años para trabajar y sacar adelante a una familia numerosa- hubiera dispuesto de más oportunidades.

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