Confieso que Íñigo Errejón me ha caído siempre bien. Me ha parecido un joven bien preparado, despierto, comprometido y con ganas de cambiar algunas cosas que, sin demora, en este país habría que cambiar. Ya sé que “nunca llueve a gusto de todos”, y ya sé que “para gustos, los colores”, y ya sé también que no siempre es la primera impresión la que cuenta; mi visión sobre él ha cambiado desde que he tenido noticias de su actitud y sus ideas respecto del tema animalismo. Porque ya está bien de más de lo mismo, y porque son necesarios ciertos cambios de visión, que sólo podemos esperar en las generaciones de españoles más jóvenes; cambios relacionados con una necesaria evolución moral de este país, ¿por qué no decirlo?, tan adiestrado en un pensamiento profundamente inmoral. Y si los más jóvenes no se suman a esos cambios, muy mal vamos.

Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, afirmó recientemente en una entrevista en televisión, en mi opinión con muy buen criterio, preguntado sobre el asunto tauromaquia, que es un tema “complejo” que mejor que prohibir con decretos sería preguntar a la población sobre su futuro en un referéndum nacional, y por supuesto, antes que nada, habría que dejar de financiar con dinero público. En realidad, la formación Podemos contempla en su programa la defensa de los animales y sitúa al animalismo como lo que es, una cuestión política; lo cual llena un espacio vacío en nuestro panorama político que sólo PACMA, partido animalista, llenaba hasta el momento.

Errejón, sin embargo, ha hecho al respecto recientemente unas declaraciones que nos dejan alucinados y desprotegidos a los que consideramos que los derechos animales son una cuestión crucial en la evolución ética y democrática de cualquier sociedad mínimamente decente y mínimamente moderna. El secretario de Análisis Estratégico y Cambio Político de Podemos y actualmente candidato de Podemos a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, en unas recientes declaraciones a EFE, ha argumentado que está a favor de hacer una consulta sobre si prohibir o no los toros en caso de que así lo estimen los ciudadanos, aunque su prioridad si consigue gobernar “no será el sufrimiento animal sino el sufrimiento de las personas”.

Defender los derechos humanos no es algo opuesto a defender los derechos animales, sino que ambas posturas son la misma

De nuevo la exclusión y los argumentos falaces, especistas y carcas de la derecha y de quienes son incapaces de reconocer que todo está relacionado y que defender los derechos humanos no es algo opuesto a defender los derechos animales, sino que ambas posturas son la misma, y están íntimamente relacionadas. Desde una perspectiva intelectual y espiritual, todas las filosofías de la sabiduría universal lo llevan expresando desde hace milenios; incluso hay fundaciones y asociaciones que difunden esa idea de conciencia global en el mundo actual, como la norteamericana We are all one. Y desde una perspectiva puramente funcional, es muy obvio que en aquellos países donde se respetan los Derechos Humanos se respetan igualmente, en la misma medida, los Derechos Animales. Sólo hay que mirar cómo son las cosas en Francia, Holanda, Austria, Dinamarca o Suecia. Se trata, en esencia, de respetar los derechos ajenos, los derechos del otro. No hace falta mucha inteligencia para percibirlo y para entenderlo. El hecho de respetar los derechos de los animales no supone el descuidar los derechos de las personas. Al contrario, ya digo, son, en esencia, la misma cosa. Y es increíble que haya que decirlo y reiterarlo.

Del mismo modo me parece increíble que Errejón, un hombre de alta cualificación académica, con doctorado y con, seguramente, miles de lecturas de todo tipo en su bagaje cultural, caiga en esos pensamientos vulgares y panfletarios sólo propios de intolerantes o de personas acríticas, miméticas o muy poco cultivadas. O de personas adoctrinadas en el pensamiento religioso que, como sabemos, es el origen primero de la visión especista y excluyente del mundo. La cuestión es que, si para respetar los derechos de los animales en este país hay que esperar a que se respeten plenamente los derechos de las personas, no se respetarán ninguno de los dos jamás.

Se trata de ir trabajando a la par el pensamiento solidario, empático, de respeto a las personas, al medio ambiente, a la naturaleza y a sus criaturas. Porque todos somos parte de lo mismo, todos venimos de lo mismo, y todos vamos hacia lo mismo. Si no se entiende esto, por muchos títulos y por mucha información almacenada que se tengan, en realidad no se entiende nada. De ahí que algunos digan que no es que el mundo esté gobernado por los más malos, sino por los más ignorantes. Y de Errejón, por descontado, esperamos muchísimo más. Seguro que sabe muy bien, eso espero, que en realidad la defensa de los animales forma parte integrante de la dignidad humana.