El director de ELPLURAL.COM, Enric Sopena, se ha convertido en uno de los objetivos obsesivos de esta caza por parte de todo el Grupo Intereconomía. Y aunque sé que Enric Sopena se basta y sobra para defenderse de estos ataques, fundamentalmente porque todos ellos son falsos, no puedo quedarme callado ante los dislates reiteradamente cometidos por esta pandilla de extremistas contra alguien que no sólo es un profesional honesto y riguroso sino contra un demócrata de toda la vida, de quien me enorgullezco de ser amigo desde hace ya más de cuarenta años. Conozco a Enric Sopena desde sus mismos inicios en la profesión, recién titulado en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Navarra. Ya entonces Enric Sopena era un demócrata convencido. Un demócrata, y por tanto un antifranquista militante. Un ciudadano demócrata, progresista, catalanista y de izquierdas, que se comprometió muy pronto en la lucha contra la dictadura fascista del general Franco, esa dictadura que tanto parecen añorar muchos de quienes ahora le atacan tan injustamente, intentando manchar su historial. Enric Sopena se comprometió políticamente contra el franquismo. Lo hizo sin asumir ningún tipo de militancia partidista pero de una forma muy activa y arriesgada, participando personalmente de forma muy destacada en la fundación y la posterior extensión del Grup Democràtic de Periodistes, un muy reducido grupo de profesionales del periodismo catalán que se organizaron clandestinamente para luchar por la democracia y la libertad. Y lo hizo también siendo uno de los más habituales representantes del mencionado grupo clandestino en la Assemblea de Catalunya, la gran plataforma unitaria de las organizaciones políticas, sindicales, sociales, profesionales y vecinales que articuló la lucha conjunta contra la dictadura franquista, bajo un único lema: “Llibertat, Amnistia, Estatut d’Autonomia”. Por esta razón Enric Sopena fue detenido e interrogado por agentes de la Brigada Político-Social de la dictadura, ante quienes alegó secreto profesional para no darles los nombres de los dirigentes antifranquistas que habían realizado una conferencia de prensa clandestina para informar acerca de la ya citada Assemblea de Catalunya.

Mi amigo y compañero Enric Sopena luchó contra el franquismo. Lo hizo desde muy joven, ya en sus primeros pasos profesionales en la emisora decana de la radiodifusión española, Radio Barcelona, de la Cadena Ser, y siguió haciéndolo poco después en La Vanguardia, en la corresponsalía del diario Madrid –clausurado por el franquismo, que incluso hizo dinamitar su sede- y lo hizo particularmente en el Diario de Barcelona y desde la corresponsalía catalana del madrileño diario Informaciones, ya en los últimos tiempos del franquismo y en los inicios de la difícil transición de la dictadura a la democracia. Luego Enric Sopena estuvo al frente de los servicios informativos de Radio España de Barcelona-Cadena Catalana, en donde creó y dirigió una plural y muy viva tertulia política nocturna, La nit, fiel referente de la vida política catalana en aquellos años tan agitados de recuperación de la democracia. Mucho más conocida es ya su trayectoria profesional posterior: jefe de los servicios informativos de TVE en Cataluña, presidente de la Asociación de la Prensa de Barcelona, director de los servicios informativos de TVE, director del Diari de Barcelona, director de RNE, director de TVE en Cataluña, director de COM Ràdio, articulista y tertuliano en diversos medios de comunicación, director de ELPLURAL.COM …

Este es mi amigo y compañero Enric Sopena. Por mucho que se empeñen en denostarle y denigrarle con todo tipo de descalificaciones e insultos, Enric Sopena es un referente como ciudadano y periodista demócrata, progresista y de izquierdas, como luchador infatigable por la libertad. Y añado yo, como testimonio personal, que mi amigo y compañero Enric Sopena es también un tipo humano ejemplar, con una concepción profundamente ética de la vida tanto a nivel familiar como en sus relaciones personales, profesionales y sociales. Tal vez sea precisamente por ello que se ha convertido en uno de los objetivos preferentes y obsesivos de aquellos a quien José Bono ha definido certeramente como “cavernícolas, malhechores y destiladores de odios”.

Jordi García-Soler es periodista y analista político