Vamos a echar un vistazo a todos los aparatos eléctricos y electrónicos que tenemos permanentemente conectados a la red eléctrica en casa: el televisor, el decodificador de señal, el aparato de música, la nevera, la lavadora, el lavavajillas, la secadora, la cafetera, el microondas, la cocina y el horno, el ordenador (o los ordenadores), los cargadores, el Wi-Fi, el secador del cabello, el cepillo de dientes…

Vivimos electro-conectados y eso, además de generar un alto derroche de energía, supone un factor de riesgo para nuestra propia salud, pues está demostrado que los campos electromagnéticos que generan todos esos aparatos modifican los biorritmos de nuestro organismo provocando diferentes tipos de afección.

Para eludir ese riesgo y evitar que esa emboscada eléctrica acabe por afectar a nuestra salud y la del medio ambiente, es preciso renovar periódicamente la atmósfera interior del hogar. Basta con abrir las ventanas durante un período mínimo de 10 minutos diarios. De ese modo facilitaremos la ventilación del hogar y la renovación de los ambientes cargados de electromagnetismo.

Podemos aprovechar los días soleados para ventilar durante más tiempo la vivienda. De este modo, además de eliminar las concentraciones de polvo y partículas cargadas de electricidad, evitaremos la acumulación del perjudicial gas radón, que tiende a almacenarse en los espacios peor ventilados.

Con este sencillo método conseguiremos una mejor oxigenación de las habitaciones, restableceremos el equilibrio iónico de la atmósfera casera y eliminaremos la electricidad estática que provoca las características calambres de contacto evitando que salten chispas (en el sentido literal y no metafórico de la palabra) entre los habitantes de la casa.

También es aconsejable revisar la instalación eléctrica del hogar cada cierto tiempo a fin de detectar posibles fugas en cables y enchufes que, además del derroche de energía, estén provocando la recarga eléctrica de los ambientes cerrados.

Otro hábito que conviene adquirir es el de apagar los aparatos desde el interruptor y no dejarlos en stand-by desde el mando a distancia.

En los ambientes muy cargados por el electromagnetismo y excesivamente secos las mucosas se resecan y pierden su función protectora, permitiendo que los gérmenes penetren en el organismo y den lugar a diversas patologías. Una de las medidas más eficaces para facilitar una buena respiración en el hogar consiste en poner un cuenco con agua a hervir añadiéndole unas varillas de romero que situaremos en un lugar de la casa que permita que los vapores recorran la mayor parte de las habitaciones.

Otro remedio es el uso de los ionizadores domésticos. Estos pequeños aparatos ayudan a controlar la presencia de iones positivos en el hogar, generados por las instalaciones  instalaciones eléctricas, evitando sus molestias.

Los iones positivos, a efectos de nuestra salud, son los malos. En cambio, los iones negativos ejercen un efecto saludable en el organismo, y estos pequeños aparatos emiten una carga de iones negativos que consigue contrarrestar la concentración de iones positivos en ambientes cerrados y contaminados.