No se llega muy lejos en una bicicleta elíptica o una cinta de correr, pero hay un gimnasio en Rochester, Nueva York, en el que, además de mejorar el ritmo cardiaco, permiten dar pasos adelante en la lucha contra el cabio climático. Es un Eco Gym equipado con una serie de bicicletas estáticas, elípticas y bicis reclinadas que se dedican a capturar la energía producida durante una sesión de cardio, y transformarla en electricidad para dar luz al edificio entero en el que se ubica este espacio.

La energía se extrae gracias a una tecnología ‘micro-inversora’ capaz de transformar la sesión de cardio en más de 160 vatios a la hora. Para amplificar la luz en todo el edificio, el Eco Gym tiene dos sistemas adicionales que aprovechan la energía solar a través de paneles solares, y la energía eólica a través de pequeñas turbinas de viento. La iniciativa Eco Gym forma parte de un proyecto conocido como Imaginarium, en el que junto al gimnasio hay una galería de arte y centro dedicado a la Ciencia, en un edificio llamado i-Square, que además dispone de restaurantes, centro de conferencia, jardines en la azotea, anfiteatro y espacio para oficinas.