Lo primero que me llamó la atención fue que un dirigente político ya consagrado acudiera a esas horas a un programa de radio que tenía influencia entre la clase dirigente pero no rompía las audiencias. Lo segundo fue su inteligente diseño del futuro partidario y lo tercero su análisis certero de cómo iban a discurrir los acontecimientos en la égida Aznar. Clavó el futuro.

Temido
Unos años más tarde, durante el velatorio de su cuñado Tato, mantuve con él una larga conversación. Ya volvía a estar en el poder pero no lo parecía. Me impresionó su inteligencia, su agilidad de reflejos y su sentido de la existencia. Resultaba imparable. Es de una inteligencia apabullante. Él lo sabe.

El presidente Rodríguez Zapatero dijo una vez en sede parlamentaria que comprendía la desazón –incluso el odio-que Alfredo Pérez Rubalcaba levantaba entre sus adversarios políticos. Yo también. Le temen más que un nublado, incluso cuando se encuentra en inferioridad de condiciones.

Ahora está claro que es el más valorado por la izquierda y el más respetado por la derecha. Lo que le falta es que las urnas le bendigan.

En el peor momento
Hay un joven y talentudo periodista que está escribiendo “magnis itineribus” una biografía del nuevo comandante en jefe del PSOE. Y no precisamente a favor. Pero se rinde a su talento y su enorme capacidad de trabajo.

Conozco a otro dirigente del PP que su ambición es imitar en su predio partidario a APR reconociendo “ipso facto” que es el mejor de todo el elenco que ofrece la actual socialdemocracia española.

Pero nadie mejor que él sabe del reto al que se enfrenta. Tras la hecatombe del 22M las filas de la izquierda moderada y gobernante están ahítas de un pastor que las ilumine porque el contexto no puede ser peor de cara a la cita electoral general de la primavera del 2012, eso si el Gobierno es capaz de aguantar las tres presiones insoportables que sufre en la actual hora.

Las presiones
Presión por parte del “señor mercado”; presión por parte de una derecha envalentonada tras arrasar en la reciente consulta, presión por parte de algunos “barones” socialistas que entienden que lo más conveniente es celebrar comicios en el mes de octubre y presión y presión por algunos poderes fácticos económicos que dicen no invertirán un euro hasta que el PP no retorne al poder nacional.

Bien es cierto que Pérez Rubalcaba ofrece a los señores del dinero una nueva perspectiva porque lo que desean hace tiempo es el mutis por el foro de Rodríguez Zapatero.

El vicepresidente siempre ha sido de la creencia que la izquierda suma más que la derecha en España. Su reto pasa justamente por movilizarla.

Sopla el viento en su cara pero en estos negocios nunca se sabe.

Dos plazas
Por de pronto, su habilidad ha quedado demostrada con el movimiento 15M. Mientras los Mossos de Cataluña rompían la crisma a los acampados en la Plaza de Catalunya y encorajinan a la ciudadanía, la Policía de Pérez Rubalcaba está atenta e impávida en la Puerta del Sol.

Un pequeño matiz.

Si finalmente consigue habitar en Moncloa (cosa nada fácil), este químico pasiego habrá demostrado que en España los liderazgos no son cuestión de edad sino de talento.

Graciano Palomo es periodista y escritor, director de FUNDALIA y editor de IBERCAMPUS.ES