El nuevo consejero de ‘Economía, Conocimiento, Empresa y Universidad’ de la Junta de Andalucía, el profesor Rogelio Velasco, apareció el pasado viernes en Canal Sur Televisión y sugirió una polémica medida para reducir el nivel de desempleo en la comunidad autónoma andaluza.

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Velasco propuso “pequeñas migraciones dentro de Andalucía a las zonas de más pujanza económica (…) Desplazamientos de no muchos kilómetros de sus domicilios para ayudar a muchos parados a encontrar empleo en zonas como la Costa del Sol, Almería o Huelva, las que más dinamismo económico presentan actualmente en Andalucía”.

Dichas declaraciones, que recuerdan en cierto modo a las primeras medidas del dictador Deng Xiaoping en la China de los años setenta, representan un irónico progreso con respecto a las reflexiones de la exministra de Trabajo, Fátima Báñez, que, aparte de encomendarse a la Virgen del Rocío para crear empleo durante la primera legislatura de Rajoy, acuñó con lucidez el concepto de “movilidad exterior” para hacer referencia a los miles de jóvenes y no tan jóvenes que habían tenido que abandonar las fronteras españolas para salir del paro.

El consejero Rogelio Velasco parece considerar que si el parado adquiere ese ‘espíritu emprendedor’ que hoy día se le supone a todo ciudadano que merezca ese nombre, acabará teniendo empleo con una alta probabilidad. ¿Qué son, al fin y al cabo, veinte o treinta kilómetros, o cincuenta, si con ello se obtiene un medio para vivir y ser verdaderamente productivo?

Con estas reflexiones en voz alta, los planes del consejero resultan amenazantes:

- Por una parte, por exponer un dogma propio de la élite empresarial socialmente más miope, que atribuye a los individuos las propiedades de movilidad del capital, de los dineros: las personas han de acudir a donde más trabajo hay, al igual que el dinero se dirige a las zonas de mayor rentabilidad para maximizarse.

En este punto, Velasco parece traicionar a unos de sus profesores en su estancia en la Universidad de Berkeley (1990-1993), el recientemente Premio Nobel Paul Romer, crítico con el esquematismo y mecanicismo matemático de los economistas convencionales. Lejos ya de Berkeley, el último cargo de Rogelio Velasco, docente en el Instituto de Empresa ‘IE Business School’ -destinada principalmente a la dirección empresarial-, encaja como un guante en esta forma de contemplar la sociedad y las soluciones a sus principales problemas.

No debe parecer extraño que las personas que, desempleadas o no, forman familias y generan apegos con facilidad -indescifrables para la teoría económica dominante-, puedan preferir permanecer en el desempleo a cambio de no dejar de ver a sus hijos, por ejemplo, no solo por pereza, vagancia, o por el placer sanguinario de no hacer nada, a veces, mientras se recibe un subsidio. 

- Por otra parte, el consejero manifiesta con sus ‘consejos’ la impotencia política de esta administración regional para beneficiar al conjunto de la sociedad. En plena recuperación económica, la Encuesta de Población Activa señala para el último trimestre de 2018 un porcentaje de desempleo del 21.3% en Andalucía -17.9% para los hombres y 25.4% para las mujeres; un 45.1%, para los menores de 25 años.

En Andalucía, un total de 834.000 personas se encuentran en una situación de productividad laboral ociosa; para colmo, este colectivo ha tenido que escuchar que la promesa de crear medio millón de puestos de trabajo es ya papel mojado, poco más de un mes de haberse constituido el ‘gobierno del cambio’. 

Seguimos a la cola y va para largo. Mientras en Estados Unidos, los demócratas han abierto el debate del denominado ‘job guaranteeo ‘trabajo garantizado’, esto es, la obligatoriedad federal o estatal de mantener el nivel del pleno empleo a toda costa -aproximadamente, el 2%, como ocurre con la inflación-, en España y, en particular, en Andalucía, el paro sigue considerándose un fenómeno natural que descansa sobre la individualidad de quienes lo sufren, que podrían ‘moverse más’ y así conseguir para sí mismos y sus familias el necesario sustento. 

Estamos a dos entrevistas de Canal Sur de reabrir el debate de los subsidios para los parados. Un tipo de transferencias que, para los exponentes del neoliberalismo más extremo, reducen el ‘dinamismo’ de una economía y la capacidad de adaptación de los aspirantes a tener un empleo. Malos tiempos para la protección social y para los trabajadores andaluces mientras sus consejeros, los del ansiado cambio, los sigan observando desde tan lejos.