En este accidentado recorrido de la sentencia de la trama Gürtel, primera entrega, que durante tantos meses ha obligado al PP de Mariano Rajoy Brey a evitar que la corrupción de la formación y de sus líderes quedara al descubierto, este lunes, tenemos un episodio más.

Se trata de la llamada vistilla, o reunión de los jueces de la Sección II de la Audiencia Nacional que han elaborado la sentencia, para decidir las entradas en prisión de los reos. Todo transcurriría de modo fluido a no ser que el magistrado más vapuleado desde la calle Génova por su independencia, José Ricardo de Prada, ha solicitado al Consejo General del Poder Judicial que le prorrogue la autorización para asistir a ese acto habitual.

Tal  permiso es preciso porque el juez ha tenido que solicitar servicios especiales ya que forma parte del Tribunal de La Haya que juzga a Radovan Karadzic por los crímenes en la antigua Yugoslavia. Por supuesto, la caverna mediática – la voz de su amo, no nos engañemos- ha saltado todos a una desprestigiando a De Prada, asegurando que quiere estar presente para consumar una supuesta ¿venganza? como réplica a una presunta animadversión de su parte hacia el PP.

La petición del magistrado tiene su propia lógica. Y se ajusta a la estricta concepción del Derecho que todos sus colegas -detractores o no- le reconocen. Es lógico que quiera formar parte de las últimas decisiones de un sumario que  sus compañeros de Sala y él tuvieron que preparar a lo largo de muchos meses. Se inició en octubre de 2016 y concluyó en noviembre de 2017 tras muchas horas de estudio y deliberación. La sentencia ha ocupado más de 1.600 folios incluido el voto particular del presidente.

Los populares y sus medios afines desearían sustituir a este juez

Parece lógico que sean los tres magistrados que conocen a fondo el complicadísimo asunto de esta pieza de la Gürtel  quienes puedan decidir sobre las posibles modificaciones a plantear sobre la situación de las personas condenadas. ¿Un recién llegado que no conozca el tema se podría poner al día en unas pocas horas?

Los populares y sus medios afines desearían sustituir finalmente a este juez. ¿Qué cartas tienen guardadas? ¿Acaso a los muy recusados Enrique López o Juan Pablo González, de conocidas simpatías por el partido de Don Mariano? ¿Tal vez Concepción Espejel, “querida Concha”para María Dolores de Cospedal? ¿La presidenta de la Sección II María José Rodriguez Dupla como mal menor?

Si vemos el afán con que Mariano Rajoy Brey se aferró en su rueda de prensa al voto particular del presidente de la Sala, Ángel Hurtado, quien clamaba por aplicar más suavidad en las sentencias contra algunos de los responsables en la sede de la calle Génova, cualquier decisión motivará dudas. En ese punto, los populares deberían estar tranquilos: es conocida la postura de De Prada en cuanto a la prisión provisional: no es partidario de prodigarla, salvo que las circunstancias lo aconsejen de manera excepcional.

Y en cuanto al Consejo General del Poder Judicial que deberá decidir si De Prada continúa o no, se sabe que en ese  órgano de la judicatura, los jueces son elegidos en buena parte por los partidos con representación parlamentaria. En consecuencia, el PP ha tenido y tiene un papel importantísimo en esos nombramientos. Por tanto, la situación deberá resolverse sin que queden sombras de sospecha.