Lo primero y fundamental es tener el coche en buen estado de mantenimientofrenosneumáticos (dibujo y presión), suspensionesluces, etc. Pero hay puntos del vehículo que podemos pasar por alto y son importantes, como las escobillas del limpiaparabrisas, la ventilación y la limpieza del parabrisas.

Hay que recordar revisar el estado de las escobillas del limpiaparabrisas regularmente y más cuando se acerca la época de lluvias. Unas escobillas en mal estado reducen la visibilidad y pueden arañar el parabrisas. Además es conveniente limpiarlas con agua y jabón para mejorar su funcionamiento, porque suelen acumular polvo, suciedad, restos de jabón y aceite de la calzada.

El correcto funcionamiento de la ventilación del vehículo también es importante porque con la humedad el parabrisas se empaña fácilmente y la forma de evitarlo es con la función de desempañado, que dirige un potente chorro de aire hacia el interior del parabrisas. Además también conviene limpiar por dentro y por fuera el parabrisas, por fuera para que las escobillas puedan realizar correctamente su trabajo y no se ensucien de forma prematura, por dentro para reducir el empañamiento.

Con el vehículo a punto, mejorar la seguridad conduciendo bajo la lluvia depende del conductor. Cuando la climatología es adversa es al conductor a quien le toca estar al tanto de los factores de riesgo. Y por eso es conveniente seguir estos consejos:

  1. Reduce la velocidad. El agarre es menor, por tanto la velocidad debe ser también menor para evitar deslizamientos. La distancia de frenado aumenta notablemente en mojado y el límite de adherencia en las curvas es mucho más bajo.
  2. Conduce con suavidad. Frenazos, aceleraciones o golpes bruscos de volante pueden provocar la pérdida de control sobre el vehículo. Si se realizan las maniobras de forma progresiva, el resto de conductores tendrán más tiempo para reaccionar.
  3. Aumenta la distancia de seguridad. Al circular cerca del vehículo que precede se puede colisionar con él en caso de frenada, pero además la visibilidad del conductor se verá muy reducida por el agua sucia que levanta a su paso.
  4. Enciende las luces de cruce y, si la visibilidad es muy baja, también los antiniebla traseros. Hay que hacer lo posible para ser vistos, señalizar con mucha antelación usando los intermitentes y frenando con tiempo para avisar al vehículo que circula por detrás.
  5. Evita los charcos y sigue la huella del coche que llevas delante, ya que esa zona de la calzada tiene menos cantidad de agua. Cuando se detecta la presencia de un charco hay que intentar evitarlo o, en todo caso, reducir aún más la velocidad para evitar el aquaplaning. Se trata de un efecto que sucede cuando el dibujo de los neumáticos no es capaz de evacuar al completo el agua por saturación, lo que produce una pérdida de contacto con el asfalto y provoca que el neumático deslice sobre una lámina de agua. No hay que frenar bruscamente, sólo reducir la velocidad y, si se llega a producir el aquaplaning, mantener firme la dirección hasta volver a sentir que los neumáticos contactan de nuevo con el asfalto.
  6. No pises la pintura blanca. Las marcas de señalización vial horizontales tienen menos agarre que el asfalto, por este motivo hay que evitar pisar las rayas y, sobre todo, no esperar a frenar cuando el vehículo ya está encima de un paso de cebra.
  7. Vigila la presencia de balsas de agua, ya que hay riesgo de sufrir un "aquaplanning". En este caso, sujetar firmemente el volante, no acelerar y no tocar el freno.
  8. Nunca debemos arriesgar nuestra seguridad cruzando badenes inundados o zonas anegadas, ni siquiera con un vehículo todoterreno. En caso de quedarse bloqueados, informar a las emergencias de nuestra localización y esperar instrucciones. Deje una zona libre para el paso de vehículos de rescate. Y, si nos vemos sorprendidos por una riada, abandonar el vehículo (¡hay que pensar en salvar la vida, no el vehículo!) en los primeros momentos.