Explica la doctora Cristina Ortega Casanueva, pediatra del Hospital Quirónsalud San José, en la web del centro, que "las picaduras de dípteros, que son los mosquitos, las moscas y los tábanos, no suelen corresponderse con una reacción alérgica mediada por IgE específica". Estos insectos, además de las orugas, las arañas y las pulgas, pueden provocar reacciones no inmunológicas, de hipersensibilidad, debidas al veneno, que “se atribuyen a una hipersensibilidad a la saliva del mosquito, aunque, realmente, el mecanismo es incierto".

En general, las picaduras, sean del bicho que sean, causan inflamación, enrojecimiento y picor. Por eso no es fácil identificar al bicho que nos ha picado en cada caso.

Las picaduras de mosquitos

Según la especialista, en cuanto pican los mosquitos aparecen unos pequeños bultitos rojos y circulares en la zona, "una reacción local inmediata que consiste en una pápula en el lugar de la picadura".

Las picaduras de mosquito, señala la experta, se caracterizan por picar de forma insoportable, incluso durante días; aparecer dos horas después de la inoculación; permanecer uno o dos días; ser más leves, normalmente, en comparación con las picaduras de avispas o abejas.

El mosquito tigre

Este mosquito de color negro con adornos blancos, originario del sudeste asiático, se ha instalado en ciertos territorios de España, y a pesar de su pequeño tamaño -de 5 a 10 milímetros-, sus picaduras pueden verse acompañadas de otros síntomas más graves que un picor de piel, porque esta variedad de mosquito transmite una enfermedad conocida como Chikungunya, que está causada por un virus llamado con el mismo nombre. "Cuando el mosquito tigre pica, inocula el virus en la piel y este se replica en sus células", detalla la alergóloga. Entre 2 y 4 días después de la picadura, pueden presentarse estos síntomas: fiebre, dolor en las articulaciones, dolor de cabeza o cefalea, fotofobia o intolerancia a la luz y enrojecimiento en la cara y el cuerpo. Con todo, el 40% de los casos no desarrolla estos efectos.

Abejas y avispas

La picadura de abeja provoca mucho dolor y su efecto no suele prolongarse más de dos días. Cuando una abeja pica a un niño, es vital extraer el aguijón con una pinza, para evitar que permanezca dentro. Por su parte, las avispas pueden morder y picar, y conservan su aguijón después de picar.

El tábano

La picadura de tábano provoca un nódulo en la piel que causa mucho dolor en la zona de inoculación. Este insecto, además, se alimenta de sangre, es decir, es hematófago, y por eso "puede producir reacciones mediadas por IgE, como urticaria, o incluso llegar a desencadenar una reacción alérgica sistémica generalizada, anafilaxia".

La pulga

Al igual que el tábano, la pulga también es un hematófago, y cuando pica, la piel se llena de hinchazones, muy numerosos y que aparecen de forma agrupada, muy juntos entre sí. Es habitual que también produzcan mucho picor. Las pulgas pueden causar reacciones alérgicas cutáneas, como urticaria, pero son más frecuentes las lesiones papuloeritematosas distribuidas a lo largo del trayecto de un vaso sanguíneo", tal y como nos resalta nuestra especialista.

Hormigas y arañas

Cuando una hormiga muerde, la piel se inflama, puede aparecer pus y, en algunos casos, llega a generarse una ampolla. Las picaduras de araña tienen aspecto de diana y causan mucho picor. Según la especie, pueden ser más o menos severas.