No solo es el pelo, también las hojas de los árboles o el pelaje de los animales se pierden con la llegada del otoño. En el caso de los mamíferos, se trata de un proceso de renovación del pelo, cambiamos en torno al 10 o 15% de nuestro cabello, que se reemplazará y regenerará. Se debe a que el cuero cabelludo tiene un ciclo de vida, y llega a su periodo final motivado por la iluminación y la temperatura, entre otros elementos.

Y es que el pelo suele morir en primavera según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), pero normalmente tarda unos tres meses en caerse. Además, en verano el sol cae con mayor fuerza sobre el cuero cabelludo, y éste gana densidad y protege nuestra cabeza, y en otoño, conforme el sol pierde intensidad, el pelo pierde calidad y cae. También es probable que, al reemprender la actividad laboral y cotidiana tras el verano, el estrés influya en la calidad de pelo.

Por qué se cae el pelo

Como bien se ha señalado anteriormente, el pelo no se cae, sino que se renueva. Los pelos que se caen en otoño se recuperan y reaparecerán al cabo de tres o cuatro meses de forma natural. Esta caída afecta tanto a mujeres como a hombres y es común y temporal.

Este proceso fisiológico suele durar algunas semanas y afecta también a personas que tienen el cabello grueso. Se pueden llegar a caer la cantidad de cien cabellos al día.

Factores que afectan a la salud capilar

Los factores que afectan a la salud del cabello son la mala hidratación, el estrés, cambios hormonales como alteraciones de la tiroides o de hormonas sexuales, la falta de nutrientes como la ferritina, la vitamina B12 o el ácido fólico…

Por eso, llevar una alimentación adecuada y equilibrada es el mejor remedio natural para logara que el cabello luzca sano. No obstante, en ocasiones la alimentación no es suficiente y hay que tomar algún suplemento o vitamina, pero siempre consultando a un especialista.