Está ubicado en una meseta cerca de la Antártida central, aproximadamente a cuatro 4 kilómetros) sobre el nivel del mar. En un estudio publicado en la revista Nature, se ha detectado que sus características son perfectas para apreciar el cosmos con una mínima interferencia de la atmósfera terrestre.

En particular, las estrellas de esta ubicación brillan menos que en otras partes del mundo, de acuerdo con los investigadores. Y es debido a un fenómeno llamado turbulencia atmosférica. Básicamente, cuando el viento sopla en terrenos irregulares, como montañas o valles, crea remolinos turbulentos en la atmósfera que pueden deformar la apariencia de luz que llega a la Tierra desde estrellas distantes.

En su estudio, los científicos confirmaron que la turbulencia atmosférica no es un problema en este lugar. Y es que, debido a que la meseta es completamente plana a cientos de pies en todas direcciones, los vientos locales lentos crean muy poca turbulencia en el aire en altitudes bajas, donde probablemente se colocaría la lente de un telescopio. El equipo erigió un pequeño telescopio en una plataforma a 26 pies (8 metros) del suelo y pudo evitar totalmente la turbulencia al observar las estrellas en pleno invierno.