Ya va siendo hora de que nos demos cuenta de que cada cosa que hacemos tiene repercusión en planeta. Algo tan inocente como darle play a un vídeo en Internet, supone la emisión de CO2 a la atmósfera. Algo menos inocente, es si ese play es a un vídeo porno

El sorprendente análisis de la consultora francesa The Shift Project pone número a los que supone en cuanto a emisiones contaminantes el mercado del vídeo online. Según sus cálculo, la visualización de vídeos en formatos digitales supone la emisión de 300 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera cada año

De estas emisiones, un tercio son causadas por plataformas de streaming como Netflix o HBO. Otro tercio proceden de la visualización de vídeos pornográficos. Según los cálculos de la consultora, esto supone que los vídeos pornos emiten las mismas cantidades de agentes contaminantes que países como Bélgica o Nigeria

Es un nuevo análisis sobre cómo el tráfico de datos global impacta en el clima y el medioambiente. Y en este tráfico, los vídeos se llevan la mayor parte, dado que hasta un 60% de las transferencias son de este tipo de formatos.

Y es una cifra que va en aumento. La mejora de la calidad en los vídeos, llegando hasta el 8K, y la nueva costumbre de que los vídeos se lancen sin que el usuario dé al play en plataformas como las redes sociales, está aumentando estas tasas de emisiones. 

En total, se estima que las tecnologías digitales están detrás de un 4% de las emisiones de gases de efecto invernadero, pero esta cifra se estima que suba hasta el 8% en 2025.