Después de más de 30 años de carrera, llega el momento de la nueva resurrección de Metallica. Contra todo pronóstico, la banda angelina consiguió hacer popular un sonido que parecía destinado a un limitado número de seguidores, fanáticos eso sí.
Recuerdos del pelo largo
Metallica logró transcender el
underground y llegar al
mainstream, haciendo múltiples concesiones por el camino. La primera década fue la de discos espesos como el alquitrán, duros, intensos.
Kill’Em All o
Master of Puppets mostraban a una banda aguerrida, guerrillera y decidida. Brutal en muchos sentidos de la palabra. Canciones enormes, con
riffs como bombardeos y sorprendentes cambios de ritmo a la sutilidad.
Luz en negro
Poco a poco la fiera se fue domando y más personas pudieron llegar a sus discos. Así hasta que la segunda década se inauguró con
Black Album, disco que les encumbró al éxito de masas, la MTV y las giras mastodónticas. Sus fans primigenios renegaban pero por cada uno que perdían, miles ocupaban su lugar. Hasta su aspecto cambió, ley a medio camino entre la obligación por la alopecia y la comercialidad. Sin embargo era un camino con un final cantado. Discos cada vez más adocenados hasta resultar intrascendentes, por más que quisieran cargar las tintas con los nombres (
Load,
Re-Load). Así hasta llegar al absurdo coronado por
S&M, un disco en el que el grupo interpreta sus éxitos junto a la Orquesta Sinfónica de San Francisco, en un ejercicio de pedantería sin sentido.La década siguiente es la del silencio. La banda sigue girando y llenando estadios con su poderoso directo, pero las tensiones internas y las entradas y salidas de los centros de rehabilitación ya no configuran la leyenda de un grupo, sino su ocaso. Ocho años sin material nuevo, casi desaparecidos, como un exgrupo en realidad. Hasta ahora.
Regreso al pesado
Metallica vuelve por la única rendija que podían colarse. Tratando de regresar a aquel sonido demoledor de sus primeros discos. Se acabaron los esquemas pop, interpretados con sonido rock y pose heavy. Volvamos a las raíces. “El nuevo material es pesado, enérgico, ruidoso, veloz. Rock, una locura”, asegura el líder en la sombra, el baterista Lars Ulrich. La pasada semana se lanzó el primer avance:
Hardwired, un tema prometedor, agónico, sucio y lineal, como aquellas balas de cañón de
Ride The Lightning. Una canción sin estribillo, con una entrada que huele a Metallica a cientos de kilómetros y James Hetfield demostrando que ni los años ni el alcohol le separan de ser uno de los mejores vocalistas del género de todos los tiempos. Es el avance de
Hardwire… to Self-Destruc, el décimo disco de estudio de Metallica que saldrá en noviembre, y con el que parecen decididos a desandar el camino que iniciaron en los ochenta. Esperemos que resistan otros treinta años para llegar a su destino.[embedyt] http://www.youtube.com/watch?v=uhBHL3v4d3I[/embedyt]