El Gobierno de Melilla se ha propuesto acabar con la variedad de gaviotas patiamarillas que, informa, están "colapsando" el centro de la ciudad, con un número de ejemplares tan elevado que está ya fuera de control. Estos animales llegan incluso a atacar puntualmente a las personas, y representan un riesgo para los aviones en el aeropuerto de la ciudad (sobre el que el año pasado se contaron 688 ejemplares), ha advertido el consejero de Medio Ambiente de esta Ciudad Autónoma, Manuel Ángel Quevedo. Además, aunque la especie no está protegida, ataca a otras que sí lo están, y también a mascotas. Con el mencionado fin de reducir su número y el peligro que representan, el gobierno ha aprobado un protocolo de actuación para hacer volver a la especie a su hábitat natural en los acantilados a base de la retirada de nidos, la esterilización de huevos y el empleo de rapaces por parte de cetreros para ahuyentarlas del aeropuerto y de algún parque. Se persigue que no se descontrole más su población. Con todo, fuentes gubernamentales señalan que combatir la superpoblación de esta ave será tarea de años, incluso lustros. Según Quevedo, también las organizaciones ecologistas han pedido que se actúe. La gaviota patiamarilla (Larus michahellis) es una de las aves marinas más abundantes de la cuenca del Mediterráneo, y presenta un elevado éxito reproductor, es depredadora de pollos de otras especies y genera problemas de ruido, suciedad y deterioro de edificios, según la Sociedad Española de Ornitología, SEO/BirdLife.
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Las gaviotas, expulsadas de la ciudad de Melilla

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