En realidad, Islandia no solo se acerca a la independencia energética, también al  abandono total de los hidrocarburos, gracias a la perforación de un pozo de 4.659 metros de profundidad en la base de la zona volcánica de la península de Reykjanes. Es el Proyecto de Perforación Profunda de Islandia (IDDP, por sus siglas en inglés), que viene precedido de una prueba piloto, completada con éxito el pasado mes de enero, con la detección de fluido de materia entre líquido y gas a 427 grados centígrados de temperatura y 340 bares de presión. Se trata de la perforación más profunda completada hasta ahora con éxito en una zona volcánica, y comenzó en agosto de 2016, después de que geólogos e ingenieros descubrieran la presencia en esta zona de fluido supercrítico que podría ser utilizado para una producción eficiente de energía.

El país líder mundial en renovables

El fluido supercrítico (agua a temperaturas y presiones muy elevadas) que se ha detectado con este pozo tiene un potencial energético muy elevado. Según calculan los científicos y las empresas asociadas en el IDDP, podría tenerse de cinco a diez veces más energía que en los pozos convencionales. Este equipo se ha marcado dos años como plazo para evaluar la viabilidad técnica y económica del pozo de Reykjanes. La energía geotérmica ya suministró alrededor del 65% de la energía primaria de Islandia en 2016. Es el mayor productor de energía renovable per cápita del mundo, y el mayor productor de electricidad per cápita, con aproximadamente 55.000 kWh por persona al año. En comparación, la media de la UE es inferior a 6.000 kWh. Aproximadamente el 85% del suministro total de energía primaria en Islandia proviene de fuentes de energía renovable producidas en este país nórdico.