La Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunidad de Madrid, (FAMMA Cocemfe Madrid) y su Fundación 360 para la Autonomía Personal han reclamado el desarrollo de la figura del asistente personal, “para propiciar la interacción de las personas con discapacidad en la sociedad”, expresan en nota de prensa conjunta. Una asistencia “que propicie la interacción en la sociedad del colectivo, con especial atención a aquellas personas que tienen discapacidades severas”.
En referencia al concepto de asistencia personal, en el contexto de la observación general sobre el artículo 19 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas, la asistencia personal hace referencia al apoyo humano, dirigido por la persona interesada que se pone a disposición de una persona con discapacidad como un instrumento para poder vivir de manera independiente. Se trata de una relación personal.
Las personas con discapacidad que necesiten asistencia personal pueden escoger libremente el grado de control personal a ejercer sobre la prestación del servicio dependiendo de sus circunstancias y preferencias vitales".
FAMMA y la Fundación 360 aseguran que existe un desabastecimiento de este tipo de servicios, basados en una ley que concede derechos subjetivos a las personas que necesitan de las ayudas que se establecen en ella, pero que no van en consonancia con la realidad de esas necesidades.
Las entidades también llaman la atención sobre los datos del IMSERSO, a 30 de abril de 2022, que muestran que, de un total de 1.592.602 personas beneficiarias de prestaciones de la Ley, solo el 0.54% sean perceptoras de la asistencia personal. Es decir, 8.525 personas en España perciben esta prestación.
En palabras del presidente de la Federación y su Fundación, Javier Font, “los recursos se invierten en instituciones y no en el desarrollo de las posibilidades que tienen las personas con discapacidad a la hora de vivir de manera independiente. Esto ha llevado al abandono hacia la dependencia de los familiares, a la institucionalización, al aislamiento y a la segregación”.
“En consecuencia, reclamamos la puesta en marcha de más programas de autonomía personal que bajo la figura de la asistencia personal, propicien la inclusión y participación real y efectiva de las personas con discapacidad en la sociedad. Mientras esto no ocurra, no estaremos haciendo las cosas bien, ni propiciando la inclusión de aquellas personas que quieren vivir de manera autónoma”, afirma Javier Font.
Por parte de FAMMA y su fundación se recalca que la financiación de la asistencia personal se ha de producir “a partir de criterios personalizados, apoyados en las normas de los derechos humanos para un trabajo digno”. Además, “debe estar basada en una evaluación de las necesidades individuales y de las circunstancias vitales de cada persona”. Por esto, reclaman modelos de gestión residencial distintos a los que hasta el momento se vienen realizando, así como el empezar a trabajar en la regulación del asistente personal.
Para ambas entidades la variable de autonomía personal ha de permanecer en el ADN de cualquier consejería, de cualquier departamento, de cualquier área o estructura orgánica de la administración, para pasar después al ámbito privado.