Enfundada en su plumaje de color pardo oscuro, salvo la parte alta de las alas y la nuca (donde es más claro), monógama y sedentaria, es una de las siete aves de presa más escasas del planeta, y una rapaz amenazada en Europa. Así lo destaca el Zoo de Madrid en su web, además de que el Águila Imperial es la única ave endémica de nuestra península. Está en peligro de extinción, pero la buena noticia es que la Comunidad de Madrid cerró 2019 con 73 parejas reproductoras, representan el 18% de las 400 que hay censadas en toda España, y es un crecimiento considerable respecto a las 23 parejas que había a principios del siglo XXI.

El crecimiento se debe en gran medida a la redistribución de la población de conejos, que ha impulsado el Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) de la Comunidad de Madrid, y ha favorecido el campeo y la alimentación de las águilas. También se han controlado los nidos de las aves, desde el inicio del cortejo de las parejas hasta la reproducción, y han conseguido volar 28 pollos. También se han reparado los desperfectos, y se han realizado labores informativas y de concienciación a propietarios donde se asientan los nidos.