Un acontecimiento planetario como el Mundial de Fútbol es pródigo en noticias. La más relacionadas con el propio juego, pero muchas otras de asuntos relacionados. Como las peripecias de los pulpos adivinos.

Heredero del Pulpo Paul

Todo empezó con el Mundial de Sudáfrica en 2010. Entonces, el Pulpo Paul se hizo muy famoso al ser capaz de adivinar los resultados de las eliminatorias, incluso de la final en la que vaticinó la victoria de España en la final. 

Este año, el heredero de Paul surgió en Japón. El país asiático ha sido uno de los más prolíficos a la hora de generar noticias paralelas, desde el civismo de sus seguidores al ejemplo de sus jugadores, que dejaron el vestuario como una petan después de ser eliminados. 

En Japón se hizo muy famoso el pulpo Rabiot, llamado como el centrocampista francés que ni tan siquiera estaba convocado por su selección. El caso es que Rabiot, un pulpo gigante del Pacífico, mostraba un gran acierto en sus predicciones. El animal tenía que elegir una de las tres posibles opciones en los partidos de la primera fase desplazándose a unos cubiles. Y así acertó que Japón vencería a Colombia, empataría con Senegal y perdería contra Polonia. 


Japón eliminado
Pero la vida de los pulpos en cautividad es muy corta y la fama pasajera. Su captor decidió que una vez que Japón quedó eliminada por Bélgica, poco más recorrido tendrían las predicciones de Rabiot. Y antes de que pereciera por las condiciones de captura y fuera imposible venderlo en la pescadería, lo suyo sería sacrificarlo y servirlo como un pulpo anónimo más.

Y así es cómo acabó el bueno de Rabiot. Según su dueño, fue sacrificado y vendido como pulpo para cocinar en trocitos. Nadie sabe quién fue el comprador. Seguro que esa persona no reparó en estar cocinando y degustando a una de las estrellas del Mundial.