Qué nos queda a los ciudadanos? ¿Qué podemos hacer ante este problema global, mucho mayor que nosotros? Cuál puede ser nuestro papel para frenar el cambio climático. Qué granito de arena podemos aportar. Uno de ellos puede ser reciclar. Ser conscientes de que algunos desechos pueden tener una segunda vida.

Chie Hitotsuyama

Y si esa segunda vida es la que da Chie Hitotsuyama mucho mejor, aunque ciertamente esté al alcance de muy pocos. Porque la creadora japonesa convierte en arte lo que para muchos otros no es más que basura. Y qué arte. Hitotsuyama crea esculturas hiperrealistas con simples trozos de papel. Cómo un periódico puede convertirse en una obra de arte emocionante está solo al alcance de elegidos. A los demás nos queda la opción de admirarlo y aprender. Captar el mensaje. El mensaje que trata de inculcar la artista nipona nos habla de la relevancia de las especies animales con las que compartimos planeta. Y por eso, sus creaciones alcanzan tamaños humanos, la única escala en la que al parecer nos interesan las cosas. Aunque esta propuesta complique el trabajo.

Animales con mensaje

Y así, ente sus manos van surgiendo diferentes especies de lo más variopinto. Reptiles como dragones de Java, monos, gatos e incluso rinocerontes reproducidos con todo lujo de detalle y proporciones. Un trabajo minucioso, paciente, cuidado. El trabajo que solo un artista puede realizar. Pero sobre todo, su mensaje trata de hacernos comprender las interacciones que surgen entre constantemente entre los habitantes de esta roca. Cómo nuestro comportamiento tiene implicaciones en especies que probablemente ni conozcamos. Es ahí donde se establece la conexión. Trabajar con materiales que, de otra manera, estarían contaminando el medio ambiente y por lo tanto afectando a los ecosistemas en los que estos animales viven. Pero la mera representación animal con materiales reciclados nos dice que nuestro papel es muy relevante. Que cada vez que apostamos por reutilizar lo que ya hemos usado quizá estemos dando vida a algún animal, aunque sea en la otra parte del mundo. Incluso aunque este ser sea solo una obra de arte.