Ya lo hemos comentado con anterioridad y es prácticamente una certeza. El planeta avanza hacia la sexta gran extinción y en este caso no es a consecuencia de un cataclismo cósmico o de la erupción de miles de volcanes. En este caso somos los humanos los directamente responsables de la eliminación física de un millón de especies de seres vivos.

Este alarmante dato es el que acaba de publicar la Plataforma Intergubernamental en Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES). La organización ha presentado un análisis que determinan que al ritmo actual, dentro de una década nada menos que un millón de especies animales y vegetales pueden haber desaparecido para siempre o estar en grave riesgo de extinción. 

Los dos principales elementos que están conduciendo a la extinción acelerada de especies son la destrucción de los hábitat y la explotación industrial. Un tercer elemento sería la introducción en entornos sensibles de especies invasoras que se propagan con mucha velocidad a costa de las autóctonas. 
 

Cerca del punto de inflexión

Es un informe extraordinariamente preocupante, dada la relevancia y autoridad de quien lo emite. El IPBES reúne a expertos medioambientales de 50 países que ha tardado cinco años en emitir este juicio. Un lustro en el que han estado estudiando y analizando la evolución de miles de comunidades animales y vegetales en todo el planeta. 

Los investigadores explican que la velocidad y gravedad de las desapariciones de especies no tiene comparación con ninguna otra época desde que el ser humano campa por la tierra. Y que podríamos estar muy cerca de un punto de inflexión a partir del cual, todos los esfuerzos que se hagan para preservar el medioambiente pueden ser en vano. 

Como ejemplo esgrimen una serie de datos: desde el siglo XVI han desaparecido más de 680 especies de vertebrados. Un 40% de las especies de anfibios están en peligro en la actualidad, los arrecifes de coral han desaparecido en un tercio, una cifra similar al descenso de mamíferos marinos.