Los microbios extraídos del estómago de las vacas pueden devorar ciertos tipos de plástico, incluido el tereftalato de polietileno (PET) que se usa en botellas de refrescos, envases de alimentos y telas sintéticas.

Lo afirma un grupo de científicos de la Universidad de Minnesota, que ha analizado estos microbios hallados en un líquido extraído del rumen, el compartimento más grande del estómago de un rumiante, ya sea vacuno u ovino, y que, en todo caso, dependen de microorganismos para ayudar a descomponer su dieta vegetal.

El rumen actúa como una incubadora para estos microbios, que digieren o fermentan los alimentos consumidos. Los investigadores sospecharon que algunos microbios que acechan en el rumen de una vaca deberían ser capaces de digerir poliésteres, sustancias cuyas moléculas componentes están unidas por los llamados grupos éster.

Eso es porque, debido a sus dietas herbívoras, las vacas consumen un poliéster natural producido por las plantas, llamado cutina. Como poliéster sintético, el PET comparte una estructura química similar a esta sustancia natural. La cutina constituye la mayor parte de la cutícula, o la capa exterior cerosa de las paredes celulares de las plantas, y se puede encontrar en abundancia en las cáscaras de tomates y manzanas, por ejemplo, dijo la autora correspondiente Doris Ribitsch, científica principal de la Universidad de Ciencias Naturales. Recursos y Ciencias de la Vida en Viena.