Hay más años cálidos y secos desde 1931, la culpa es del calentamiento global y esto puede desestabilizar los precios de los alimentos e incrementar los incendios forestales. También es cada vez más probable que las condiciones secas y cálidas afecten a regiones agrícolas clave en el mismo año, lo que podría dificultar que los excedentes en una zona compensen los bajos rendimientos agrarios en otra.

Todo esto, según un estudio que ha analizado las dinámicas del clima entre 1931 y 2015, y han liderado los investigadores Ali Sarhadi, Danielle Touma y Noah Diffenbaugh, de la Universidad Stanford (Estados Unidos), y María Concepción Ausín y Michael Wiper, de la Universidad Carlos III de Madrid, y se ha publicado en la revista Science Advances.

La investigación asume el ritmo de calentamiento global (1ºC desde finales del siglo XIX) y los investigadores utilizaron datos históricos del siglo pasado para cuantificar las probabilidades de que diferentes regiones experimenten condiciones cálidas y secas en el mismo año. La conclusión principal (con datos de 1931 a 2015) es que la probabilidad de un año cálido (en comparación con el periodo de referencia entre 1961 y 1990) de un área determinada ha aumentado desde un 50% a mediados del siglo pasado a un 80% en el siglo XXI.

El análisis muestra que antes de 1980 había menos de un 5% de probabilidades de que dos pares de regiones experimentaran temperaturas extremas en un año que también estuviera seco en ambas regiones. Sin embargo, en las últimas dos décadas, las probabilidades han aumentado hasta en un 20% para algunos pares de regiones.

El estudio apunta a un futuro en el que múltiples regiones corren el riesgo de experimentar simultáneamente bajos rendimientos de cultivos, porque, si bien algunos cultivos pueden prosperar en una estación de crecimiento cálida, otros, especialmente los granos, crecen y maduran demasiado rápido cuando las temperaturas aumentan, los días secos consecutivos se acumulan y el calor persiste durante la noche. Y el calor seco tiende a producir cosechas más pequeñas de productos principales como el trigo, el arroz, el maíz y la soja.

Además, se exacerba el riesgo de incendio, al secar la vegetación en verano y otoño y alimentar incendios forestales intensos y de rápida propagación, como el que ha quemado 97.000 hectáreas en California este mes de noviembre.

Las probabilidades de que China e India, dos de los mayores productores agrícolas del mundo y las dos naciones más pobladas, experimenten bajas precipitaciones y temperaturas extremadamente cálidas en el mismo año han pasado de menos del 5% antes de 1980 a más del 15% ahora.