Es difícil de imaginar incluso para las mentes más creativas. Hace alrededor de 110.000 años, los seres humanos llegaron a Europa en su expansión desde el continente africano. Es imposible pensar cuál fue su reacción al encontrarse con otras personas, parecidas, pero completamente diferentes. Los neandertales.

Relaciones entre neandertal y sapiens

La relación, o competencia, que se estableció entre ambas especies es una controversia que lleva animando a los científicos desde que a mediados del siglo XVIII se descubrieron sus restos en diferentes puntos de Europa. ¿Cómo fueron las relaciones entre ambas especies durante los aproximadamente 80.000 años en los que convivieron? La perspectiva más fascinante es la que apunta a la hibridación de ambas especies. Que más allá de la lucha que pudiera existir entre unos y otros, sí se establecieron relaciones. Y de aquellas relaciones nacieron individuos entre neandertales y sapiens. Así lo describe un estudio de la Universidad de California. El Instituto de Genética Humana ha analizado en ADN de diferentes personas durante los últimos dos años. El resultado es que entre un 1% y un 2% del código genético de los europeos actuales corresponde a la herencia neandertal. Un rastro que no se encuentra en la población africana, lógicamente.

Nuestra herencia neandertal

Pese a tratarse de un porcentaje tan pequeño, su huella es indeleble. Los científicos estiman que este aporte neandertal explican ciertas pautas del comportamiento de los humanos actuales. La adaptación de los neandertales al clima extremadamente frío de Europa en aquel tiempo configuró su fisonomía. Eran más bajos, musculosos y su pelo era liso. Además, sus cuerpos acumulaban más grasa que los de los sapiens. Una mayor masa muscular implica una mayor producción de hormonas. Y estas hormonas están implicadas en la dificultad para gestionar las emociones. Por ello, los médicos lo relación con trastornos de la personalidad o la depresión. Además, es posible que heredáramos la capacidad neandertal para acumular grasas, pero en un cuerpo más estirado. Por ello, los expertos achacan la obesidad a ese rastro que permanece en nuestra especie.

Problemas con las mujeres

Porqué esta hibridación fue tan tenue es algo que puede explicar otro estudio. Tras analizar el cromosoma Y, encargado de la transmisión del sexo masculino, de un individuo neandertal de la cueva del Sidrón, en España, los expertos han llegado a una sorprendente conclusión. Las hembras humanas no eran capaces de concebir bebés de machos neandertales. Al parecer, un gen neandertal generaba una respuesta inmune en las hembras sapiens. El sistema inmunitario atacaba a los fetos híbridos, impidiendo que los embarazos progresaran. Los científicos estiman que nacieron muy pocos individuos de padre neandertal y madre sapiens.