Las famosas Líneas de Nazca están lejos de llegar a ser totalmente comprendidas. Y cada nuevo dato que se publica sobre ellas, parece alejar todavía más la certeza de cuál era su función, quién realmente las creó y para qué. 

Ahora, un grupo de investigadores japoneses han realizado un descubrimiento que lejos de explicar alguno de estos aspectos, en realidad introduce nuevas incógnitas. Los científicos creen haber identificado algunas de las especies de aves modeladas en estos gigantescos glifos. Y en contra de lo que pueda parecer, no son precisamente pájaros comunes en la zona. 

Según las investigaciones de los miembros de la universidad de Hokkaido, el conocido glifo del colibrí es en realidad una ave conocida como ermitaño de cola larga. Un pájaro algo más grande que el colibrí que se caracteriza por tener unas largas plumas que nacen de su parte posterior. 
 

Un pájaro de la selva en el desierto

Lo más sorprendente es que estos pájaros no son autóctonos de la zona de Nazca, ni mucho menos. En realidad habitan en entornos húmedos y selváticos, en concreto en las faldas de los Andes. Se trata de una región muy alejada de Nazca, en el norte del país, en lo que hoy es la frontera con Ecuador. 

Los resultados son similares en el análisis de otros dos de los dibujos realizados con guijarros. En concreto, los científico nipones los han identificado como pelícanos. Esta especie de ave marina, habita en las zonas costeras pacíficas del país, también a bastante distancia de donde fueron representadas. 

Para los expertos que han realizado este descubrimiento, las razones por las que los habitantes de la zona decidieron “dibujar” especies que para ellos debían de ser extraordinariamente exóticas hace entre 2.400 y 1.300 años deben de estar estrechamente relacionadas con el carácter que para ellos tendrían los glifos. Esperan que detectar a qué especies se trata, ofrezca más luz sobre la naturaleza litúrgica o mitológica de las Líneas de Nazca.