Hace quince años, el neurocientífico Rodrigo Quian Quiroga publicó un documento en el que explicaba un hallazgo suyo: la neurona Jennifer Aniston. La detectó cuando estudiaba las áreas del cerebro que causan ataques epilépticos, y descubrió que un sujeto tenía una neurona que se disparaba cada vez que le mostraban una foto de Jennifer Aniston. Solo le ocurría con esta actriz, con ninguna otra. Aunque la neurona de otro individuo experimentaba la misma activación con Halle Berry, y a otro, se le disparaba en respuesta a Bill Clinton.

Ese dato, detectar que una neurona está vinculada a un concepto concreto, es un gran paso para analizar la memoria. Quian Quiroga, que además es presidente de investigación en la Universidad de Leceister, marcó así un hito en el estudio de la mente, al mostrar cómo se forman imágenes perdurables en nuestro cerebro. El físico indicó que estas neuronas individuales funcionan como puente entre la percepción y la formación de memorias. Así, las neuronas pueden vincularse a un concepto específico: un músico puede tener una neurona dedicada a cada nota, un matemático a una fórmula…

Además, el científico explicó que para estas neuronas concretas es muy fácil entablar relaciones con otras: cuando a la mujer con la neurona Jennifer Aniston se le mostraron fotos de la actriz junto a la Torre Eiffel, "la neurona cambió sus propiedades de activación para codificar un nuevo recuerdo", en este caso para retener el monumento.

Quiroga mantiene que estas asociaciones neuronales son la base de cómo formamos los recuerdos. Él cree que hay redes neuronales asociadas con conceptos particulares, y que estas redes se superponen. Esto explicaría por qué recordar a una persona o lugar en particular puede llevarnos por un camino para recordar muchas otras cosas previamente olvidadas. Sabemos que una cosa lleva a otra y a otra, como la magdalena Proust.

Pero Quiroga pone en el foco en las neuronas del hipocampo, que cree que están asociadas con muchos, aunque no con todos, los procesos mentales de la memoria. Sin embargo, indica que la cantidad de neuronas del hipocampo que parecen estar asociadas con la formación de recuerdos es bastante pequeña, y por ello, cree que tenemos una capacidad de memoria relativamente limitada, y que gran parte de nuestra percepción memorial es, de hecho, una "ilusión".